Valentos (Nigromante)
Valentos de Arlanktos (née Noghín Idichi) es un nigromante (según otros más bien un necroturgo) pluscuamcentenario, especialista en anatomía y manipulación genética, originalmente proveniente del Plano medieval-mágico-fantástico de Skaub — pero actualmente residiendo como fugitivo en el territorio de la biotecnológica Degemonía Kash, parte de las fuerzas que resisten al Amo Oscuro en la Metásfera Ohk.
Es conocido por sus tácticas y estrategias no convencionales, lo cual le ha valido muchos problemas a través de su larga -para los estándares de su especie nimana- vida.
Biografía - Skaub[editar]
Orígenes[editar]
Valentos no siempre se llamó de esa forma. Solía llamarse Noghín Idichi, un nimano Sin Tribu que se internó en la torre de Arlanktos a los diez años. Le fueron asignadas tareas de escriba y estudiante, y debía racionar mezquinamente sus monedas de cobre tan sólo para comprar las velas de las que dependía para sus transcripciones y estudios.
Avance[editar]
Resultó que a pesar de su soledad y relativa exclusión, Noghín era un excelente estudiante con una memoria prodigiosa y una gran creatividad para combinar los ámbitos en los que estudiaba. Desde las bibliotecas vastas del interior de la torre, se ganó el respeto de los otros magos y asimismo inventó mezclas pocionales para mantener su juventud. A los 110 años y tras un siglo de estudio (aunque no se veía más viejo que 40), Noghín se había convertido en el Maestro de la Torre, con el apoyo general de los demás discípulos.
Un giro inesperado[editar]
Pero el mundo exterior prejuicioso y medieval no tomó a bien las noticias de que un nigromante había capturado Arlanktos, la Torre de la Magia. Uno tras otro, grupos de "héroes aventureros" (mercenarios y buscadores de gloria) iban a "derrotar al malvado nigromante"; siendo sin variación vencidos fácilmente por un Noghín que sólo deseaba seguir dedicándose a sus estudios. En verdad, había ascendido con el consentimiento de sus pares y de acuerdo a las reglas de senioridad, por lo que no había motivos válidos desde su perspectiva para los ataques (a pesar de que algunos de sus experimentos fuesen considerados de mal gusto).
Para luchar contra las visiones anticuadas y estereotípicas sobre la maldad de los nigromantes, Noghín invitó a un grupo de héroes particularmente notables a darle la oportunidad de "enfrentarlo" en la cúspide de la torre. Allí, en lugar de derrotarlos de manera no-letal como siempre, se ofreció a unirse a su grupo como un miembro completo:
"Caballeros y dama, sepan que como todos los grupos que vinieron antes que ustedes, no tienen ninguna chance de vencerme en un enfrentamiento. Pero tengan la tranquilidad de que eso es completamente innecesario: Yo deseo, como ustedes, luchar contra el mal y por los más altos ideales. Yo puedo probar que también estoy en contra de la maldad y la tiranía, y estoy dispuesto a demostrarlo con palabras, no con hechos. Abandonaré esta torre y designaré un sucesor pro tempore (un joven discípulo que no sea nigromante, tengan tranquilidad), si tan sólo hacen a un lado sus arcáicos prejuicios y me toman como uno de vosotros. Pueden vigilarme, pueden juzgarme, pero os ruego simplemente, que intenten aceptarme."
Tras cierta deliberación, este grupo de Sidónio, el guerrero bárbaro semiorco; Tamboria, la barda enana; y Salmerín, el bribón gnomo, decidieron aceptarlo (que no tuvieran un clérigo debe haber influido, como Noghín calculó). De mismo modo se cambió su nombre a Valentos, un nombre de héroe que transmite valor y atrevimiento.
Aventuras iniciales[editar]
Su grupo de aventureros ganó rápidamente en fama y fortuna, venciendo dragones, derrocando tiranos como había propuesto, y salvando pueblos de invasiones Hobgoblin. Sin embargo, su propio grupo estaba inquietado por sus métodos, que involucraban con frecuencia la invocación de una gran cantidad de arañas gigantes. Las vistas de hobgoblins con sus fluidos internos drenados, achicharrados y pálidos, y con sacos de mini-arañas, eran de alguna manera menos heróicas que las acostumbradas de hobgoblins ensangrentados decapitados y desmembrados, que generaban júbilo en el pueblo. Aunque los resultados de las incursiones eran positivas, la moral era baja, y el grupo empezó a ser ignorado y luego abucheado en los asentamientos más religiosos, en particular aquellos alineados con el Sol Blanco.
Aunque los miembros habían ganado cierta apreciación por Valentos debido a las varias veces que esta había salvado su pellejo, temían sus propuestas experimentales y los efectos secundarios de sus pociones de vida (que no se veían ni sabían nada como las estándares; Nighon explicaba que simplemente eran "daño negativo", pero estos tecniscismos le resbalaban a sus menos eruditos congéneres). Por otro lado, aunque hubieran deseado seguir con él por el poder que traía consigo, de nada les servía el dinero de patrones ricos si el pueblo los despreciaba y les cerraba las puertas de sus tiendas. Así que, finalmente y con algo de pesar y mucho de miedo, le informaron a Valentos que debían partir caminos.
Búsqueda[editar]
Traicionado y abandonado, Valentos sin embargo se esforzó por entender las motivaciones de sus pares. Ciertamente, había visto cómo las puertas se les cerraban y cómo los miraban con suspicacia, pero, ¿Tenía acaso él la culpa? ¿No deberían haberlo sostenido y ayudado como él tantas veces les salvó la vida contra probabilidades imposibles?
Tras un par de desencuentros y varias decepciones intentando unirse a otros héroes (muchas tabernas no lo dejarían pasar, por lo que entraba de incógnito, lo cual, afortunadamente, era común y su apariencia no era particularmente llamativa), empezó a recibir invitaciones de grupos malvados. En inicio de manera sincera, queriendo convencerle de que sus poderes como la venomancia sólo tenían lugar en el lado del mal. Otras veces, incluso, intentando engañarlo para que se uniera al mal creyendo que se trataba de una invitación legítima. Sin embargo, Valentos siempre rehuyó y rechazó estas oportunidades, siendo su sincero propósito probar que la nigromancia y artes asociadas sólo eran una ciencia legítima y campos del conocimiento que podían ser usados para múltiples propósitos, y no constituían lo mismo que ser malvado.
Asociación[editar]
Tras mucho pensar en el asunto y alimentarse por varias semanas drenando la vida de animales salvajes (¿Por qué sería diferente que cazar y comérselos como los demás? De hecho, era más civilizado y podía anestesiarlos primero y viviseccionarlos luego estudiando su anatomía, para luego nigromantear sus cuerpos, dándoles así más uso), decidió dar vueltas las tablas al "Mal": Si ellos deseaban reclutarlo para probar que sus artes eran malos, él encontraría entre ellos a los que en verdad no lo eran, sino que sólo habían sido excluidos de la misma manera.
Para este propósito creó la "Asociación de Viles Buenos", donde agrupaba estudiantes de las artes oscuras, orcos, espíritus de ultratumba, y otros que no estaban conformes con ser rotulados como malignos sólo por sus características superficiales. Por un tiempo, todo pareció ir bien, ya que la Asociación servía no sólo como un lugar estratégico donde focalizar estas fuerzas para propósitos "buenos", sino que también era terapéutica al poseer sus miembros similares experiencias de exclusión. Por supuesto, había ciertas cosas que realmente eran malvadas o quienes se querían infiltrar, pero esos "contratiempos" no significaban una gran dificultad para Valentos, quien estaba más que dispuesto a celosamente mantener el orden y no permitir que su asociación se convirtiera en un refugio para fuerzas verdaderamente malignas. Después de todo, en la torre de Arlanktos ya había adquirido una vasta experiencia administrativa y de política interna, que ahora una vez más podía ejercitar.
Destrucción[editar]
Pero la voz nuevamente se corrió, y entre los grupos de héroes comenzó a saberse que en el pantano de Skragg habían "Muchos monstruos débiles reunidos por un nigromante loco" y "que seguramente planeaban algo grande". La gran ironía es que las verdaderas fuerzas del mal eran las que habían filtrado la locación a los clérigos del Sol Blanco, deseando destruir su "competencia" y desarticular los movimientos que disasociaban a los "monstruos" comunes de amenazas de escala cósmica y ontológica como los Señores del Infraverso y los Primordiales Caídos.
Los héroes, bajo la bandera de la Iglesia del Sagrado Bienestar y la Sociedad de Héroes por la Gloria se alistaron masivamente a acabar con esta "Asociación de Viles" (que, por otro lado, de probar que los monstruos no son malvados, les quitaría el negocio), y la rodearon por todos los frentes. Aunque los ex compañeros originales de Valentos intentaron disuadirlos diciendo que él realmente no era malo, no hubo caso: La mecha estaba encendida y sólo podía estallar.
La Asociación de Viles Buenos fue completamente obliterada. La mayoría de sus miembros fue destruida sin piedad; muchos resultaron mostrados como trofeos de esta "gran gesta".
Valentos escapó en la confusión gracias a ser Nimano y un maestro del disfraz (pensaban atraparlo con "detectar el mal", pero no detectaron nada), pero no volvió a ser el mismo. Ver a sus únicos amigos y quienes lo comprendían difamados y aplastados lo puso definitivamente en contra de todo lo que se creía bueno en ese plano de la existencia. El colmo fue su amiga la Bruja Lireré, una alma gentil sesquicentenaria que sólo se dedicaba a hacer pociones curativas con ingredientes del pantano vendiéndolas a precio barato o a cambio de encomiendas simples a los lugareños, y quién había ofrecido su dilapidada casa como sede de la asociación. La muchedumbre de héroes bailaba, vitoreaba, bebía y danzaba alrededor de la hoguera mientras la quemaban por brujería y el uso de las artes tenebrosas.
Autoexclusión[editar]
Valentos se volvió un ermitaño, un solitario y desdichado que apenas tenía la voluntad para sobrevivir. Ya no quería unirse al bien si ese era el bien, y sin embargo también había visto con sus ojos las escenas similares que generaba el mal. Sus pensamientos se llenaban de odio y desprecio al mundo, y sin embargo en sus reflexiones filosóficas encontró cierto consuelo. Bien y mal eran sólo palabras carentes de significado, manipuladas para legitimar el poder de unos pocos. ¿En qué se diferenciaban el Sol Blanco y el Dueño de la Distorsión si ambos querían imponer al mundo su agenda mediante la fuerza? Ninguno iba a dejar vivir en paz a las criaturas. El "bien" y el "mal" eran sólo amos en la esclavitud; lo que él deseaba, lo que siempre había deseado, era la libertad.
Liberación[editar]
Tras mucho vagar en las zonas salvajes y los bosques profundos, obtuvo la voluntad y el valor de regresar a Arlanktos. Habían pasado más de quince años desde que dejara aquel lugar, pero no volvería como líder sino sólo para hacer una consulta. Aunque su tiempo fuera hubiera parecido breve comparado a su tiempo dentro, le había parecido que vidas enteras sucedieron desde entonces. Afortunadamente, consiguió apoyo entre algunos de sus discípulos antiguos, suficiente por lo menos para entrar como refugiado mientras su identidad se mantuviera secreta al mundo. Su propósito no era quedarse, sino investigar.
En los sótanos más profundos, muy por debajo de la torre, se encuentran las bibliotecas prohibidas, selladas a los ojos inquisitivos del exterior. Los secretos más arcanos se encuentran guardados por siglos en esos tomos polvorientos. Costó permitir que el nuevo Guardián de la torre lo validara, pero considerando que él le dió su posición al irse, sólo tuvo que pedir el favor. ¿Desconfiaban de él? Seguramente, y su apariencia y comportamiento no ayudaba sin dudas. Uno no vive varios años sólo sin descartar muchos de los hábitos de la civilización. Pero así y todo, Valentos logró lo que buscaba, y fatigando los rincones más silenciosos de los pasadizos sellados e invadidos por hedores antiguos, halló la clave para su redención.
Interplanaridad[editar]
Referenciando los garabatos antiguos de lunáticos peligrosos, supo que Skaub era sólo uno de infinidad de Planos de la existencia, un rincón minúsculo de un Multiverso mucho más amplio de lo que ninguno de esta mugrosa comarca imaginaba. Seguramente -pensó- que seres iluminados de otros planos de la existencia no compartirían los absurdos prejuicios de sus congéneres respecto a sus habilidades y conocimientos. Sin dudas que en el amplio y terrible Multiverso, conocimientos sin límites esperaban, junto con personas dispuestas a hacer uso de ellos sin la absurda miopía de asignarlos al "bien" o al "mal".
Apenas comía y bebía Valentos lo que los jóvenes aprendices le traían (ordenados por el Guardián) desde los pisos superiores de la torre. Todas sus horas del día y de la noche -¿cómo sabría cuál era cual?- se dedicaban a intentar descifrar, entre las apocrifias y los anales, una manera de cruzar a otro de estos Planos.
La historia de Skaub no puede recoger el fin de estas elucubraciones. Oficialmente, Valentos murió de hambre, sed y sueño. Pero su cuerpo nunca fue hallado, ni su túnica, siendo la historia oficial que ya se encontraban degradados hace mucho por el uso y que sólo su magia y pociones los mantenían. Pero el Guardián de la Torre sospecha algo diferente: Valentos tuvo éxito. Él pasó a otras dimensiones a través de sus conocimientos exotéricos y esotéricos, siendo hallados muchos raros y desconocidos ingredientes en el depósito que servía de su recámara, notas en idiomas antiguos y círculos y signos rituales. De manera más sugerente, un círculo de piedra caliza, con inscripciones esmeralda, se hallaba dispuesto de manera perfecta rodeando una grieta sísmica en el suelo.
Biografía - Interplanar[editar]
Ajuste al nuevo ámbito[editar]
Poco y nada se sabe del tiempo que Valentos pasó en otros planos, pero se cree que nunca regresó a su plano natal - quizás, porque le resultara demasiado doloroso.
No obstante, Valentos nunca abandonó su deseo de luchar contra la tiranía. Especializándose en la biotecnología -notando que debido a las Variables Planares, la nigromancia no funcionaba en muchos Espacios Planares-, encontró que en mayor o menor medida seguían habiendo prejuicios en muchos lugares y aún en la Comunidad Interplanar. Gracias a su maestría de su cuerpo y su mente, pudo mantener su pensamiento ágil y vital, aprendiendo muchas nuevas cosas.
Para probar su valor, se unió y asesoró a diversas asociaciones en contra de las Invasiones Interplanares. Eventualmente Valentos decidió que su enemigo personal sería el Amo Oscuro - porque desprestigia su campo de investigación.
Rebelde[editar]
En concreto, decidió asentarse en la Degemonía Kash, que consideraba una mancha a su campo de investigación en la biotecnología. Su argumento es que iba a luchar "fuego contra fuego", demostrando que la praxis biotecnológica podía ser utilizada para liberar, no sólo para esclavizar. Sus métodos "poco ortodoxos", sin embargo, hicieron que se repita la historia y fuera expulsado de varias asociaciones interplanares, así como que se le niegue ayuda de muchos ámbitos. Sin embargo, Valentos ya esperaba esto, resignándose a querer luchar por su causa por sus propios medios - con la ayuda de muchos Atérridos que ya tienen naturalizado el amplio uso de biotecnología.
Entre las propuestas y proyectos controversiales de Valentos se encuentran:
- Creación de ejércitos de gente-arácnida resistente a la radioactividad, como forma de contrarrestar las armas radiológicas de los Amos Oscuros.
- Invitación de los Ummanos a la comunidad interplanar para que usen su podería bélico contra los Amos Oscuros en lugar de pelearse entre ellos.
- Envenenamiento atmosférico de planetas enteros con mutágenos degenerativos para negarle su habitabilidad y recursos a los Amos Oscuros ("De todos modos destruirán toda la vida local, así que hacerlo nosotros por anticipado de todos modos es positivo en total, impidiéndole su explotación").
Para aglomeraciones como la Sociedad de Derechos Planares, las tácticas de Valentos son inaceptables y desdibujan la diferencia entre los Amos Oscuros y ellos mismos. Para Valentos, la Sociedad son unos hipócritas porque sólo realizan acciones que saben inefectivas pero que les permiten "verse bien", sin que les importe realmente detener a los Amos Oscuros, los cuales avanzan cada vez más mientras no se apliquen formas pragmáticamente radicales de detenerlos. Valentos ha obtenido apoyo cauteloso de ciertos Siempreesperantes Revolucionistas, pero aún estos mantienen cierta distancia porque temen sus métodos de "estudiarlos" y lo que con su nigromancia podría hacerles.
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