Sueños:Un ojo que se abre, un ojo que se cierra

De Bestiario del Hypogripho
Notificación: Este artículo forma parte del espacio de nombres de Sueños.
Pretende registrar, de manera generalmente fideligna, un acontecimiento tal y como se presentó en el ámbito onírico. No conforma por sí mismo canon en los Omniversos del Bestiario.

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Estoy en una clase de fiesta "Blizzard vintage" pero como si el multiverso Blizzard fuera la vida real. Yo estaba en el salón de arriba, una especie de restorán; la fiesta había durado toda la noche y toda la madrugada, pero había algunas personas trasnochadas y quizás borrachas que no se iban. Se me dijo que un enorme ogro estaba causando problemas en la sala Warcraft I. Aunque no tenía el deber, yo mismo era un ogro con un garrote de madera; así que era voluntario de ir a ayudar con el problema, a pesar de que alguna conocida me dijera que no debía porque era peligroso.

Al llegar a la sala en cuestión solo quedaban como cuatro personas. Una ogresa perseguía violentamente a una mujer humana que huía. Lo que se decían era casi incomprensible. La mujer humana se refugiaba detrás mío mientras yo pegaba golpes con mi garrote a la ogresa enardecida que no quería escuchar que se calme; a pesar de ser físicamente poderosa, estaba desarmada por lo que no pudo contra mi rango de combate superior.

Inmediatamente ahí me entero que todo el rato la humana rubia teñida (¿y quizás desnuda también?) estaba insultándola a propósito. Y con algo que también era ofensivo para mí como miembro de su especie. Había atacado a la ogresa-cíclope por nada, por algo que no había sido su culpa. Había sido prejuicioso contra los míos, porque los humanos lo eran. Mirándola caida en el piso, intentaba hablarle y alentarla. Esperaba que en poco las habilidades de regeneración troll de los ogros funcionasen. Pero su cuerpo, como presumiblemente el mío, estaba segmentado en muchas secciones con "salud independiente". Los vi cambiar de muertos a vivos, habiendo como 13 muertos y 17 vivos; pero eran demasiados los muertos a la vez y empezaron a ganar el baile en el que unos cambiaban a otros y viceversa. La ogresa estaba moribunda. Intenté transmitirle de mi energía colocando mis manos sobre ella, pero aparentemente no funcionaba o no era suficiente. Entonces, una pequeña hada alada, que había estado presenciando toda la escena, se lanzó sobre mi gran nuca. Apenas llegaba de oreja a oreja estirada horizontalmente. Pero me llenó de su poder mágico. Yo prefería usar mi propia vida, pero eso ya no era una opción. Del mismo intento salió la vida mágica del hada; en lugar de mi difuso brillo verde-amarillo, ahora salía un preciso color verde-cian, rejuveneciendo los tejidos de la ogresa tumbada enorme en el suelo, sección por sección llenando sus partes de plantas y vida; varias veces hice esto en lugares estratégicos. Incluso el joven hijo de la dueña de la posada se puso en medio y fue curada su terminal enfermedad. Pero el hada no pudo salvarse: Murió de exhaución otorgando sus poderes para la operación, sin poder tener en su buena consciencia la injusticia que hubiera ocurrido. En esos momentos y hasta que terminó el sueño, comenzó a sonar con voz femenina una canción romántica/nostálgica ("tal vez" no esta, pero vagamente similar; he olvidado las líricas exactas). Extrañamente, fue a mí a quien los Dioses consideraron digno por realizar el acto (¿Por qué yo? ¿Por qué no revivir al hada? Tal vez porque tuve la iniciativa primero, pero la nefanda situación era argumentablemente mi culpa para empezar)... se me otorgó de por vida el raro poder épico de los cíclopes, "Destino"; ahora, de sacudir la yema de mis dedos salían a voluntad danzarinas chispas azules, capaces de revivir sin costo vital a los muertos recientes[r 1]. Pero en el cuerpo frágil y pequeño del hada, ahora tendida sobre sus pastos y flores, mi nuevo poder no funcionó: "Destino" no podía revertir un sacrificio necesario para haberlo conseguido; sería una contradicción. He ahí la tragedia de un alma pura, algo que nada podría compensar del todo. Tal vez solo podía honrarla usando el poder cuando fuera necesario.

En una tristeza agridulce miré a la ogresa-cíclope que se incorporaba lentamente sobre el suelo, el viejo piso de la sala en la posada subterránea; piso que ahora estaba cubierto de hierbas, plantas y luciérnagas.

Referencias[editar]

Las Referencias aluden a las relaciones de un artículo con la "vida real".

⚜️[editar]

   Artículo original de NimoStar
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03/01/2022 hta 7:51 hs