Sueños:La mantis que sabía de su muerte
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Notificación: Este artículo forma parte del espacio de nombres de Sueños. Pretende registrar, de manera generalmente fideligna, un acontecimiento tal y como se presentó en el ámbito onírico. No conforma por sí mismo canon en los Omniversos del Bestiario. |
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En un inmenso bunker subterráneo nazi, lleno de cavernas con muros expuestos de tierra y espacios enormes, Hitler prepara su próximo intento de dominio mundial. Entre humanos y seres insectoides, su ejército en las sombras crece. Pero no todo es lealtad. Una conspiración secreta planea matar al líder del próximo Cuarto Reich. Sin embargo, ningún ser humano podría ejecutarlo en la oficina central de Hitler. Hay detectores de metales por todas partes y una guardia que jamás abandona la puerta. Solo un hombre mantis tiene la velocidad y reflejos suficientes para matar a Hitler antes de que nadie pueda reaccionar.
El hombre-mantis verde recibe la carta secreta de su secta. Finalmente son las ordenes de ejecutar el plan. Prepara con destreza sus brazos y sus púas afiladas. El hombre-mantis sabe que no puede salir vivo, pero de todos modos, podría lograr su cometido. Valdría la pena dejar su vida por una causa mayor.
La oficina de Hitler consiste en un escritorio de caoba barnizada con una máquina de escribir y muchos papeles encima. El mismo Hitler se encuentra allí con el icónico uniforme gris nazi, sus medallas plateadas y aún su gorro militar. El recinto es inmenso y pronto los guardias de la puerta quedan atrás mientras el hombre-mantis lo atraviesa. Hitler se encuentra sentado parsimoniosamente, rodeado de un estereotípico pero tosco pozo sin fondo, que sin embargo sí tiene un distante fondo de lava ardiente; no hay baldosas, solo la marrón-rojiza tierra que es la misma de las paredes que hacen una especie de bóveda.
Hitler recibe formuláicamente al hombre mantis, sin levantar la vista de sus papeles, esperando un reporte. En lugar de eso, el hombre mantis ataca. Pero resulta que Hitler no era tan viejo y falto de atención como algunos podrían pensar. Recordando sus días de soldado en la Primera Guerra Mundial, esquiva al hombre-mantis hacia atrás, incorporándose; lo enfrenta y logra empujarlo al pozo sin fondo que rodea todo [n 1]. Sin poder aferrarse a las paredes, el hombre-mantis piensa en que la inevitabilidad de su muerte nunca significó realmente el cumplimiento de su propósito.[r 1]
Notas[editar]
Las notas son tan ficticias como los contenidos.
- ↑ Al menos en esta ficción, los hombres-insecto son mucho más ligeros que los humanos (porque usan un exoesqueleto fino y están mayormente "huecos", siendo diseñados probablemente más bien para número y velocidad), lo cual implica una ventaja física a Hitler a la hora de empujar. Puede que él haya pensado en eso al elegir las características de su oficina. También puede que las patas de una mantis no provean de suficiente tracción en estas circunstancias; debido al hecho de que están adaptadas para las plantas, no la tierra.
Referencias[editar]
Las Referencias aluden a las relaciones de un artículo con la "vida real".
- ↑ El hecho de que el hombre-mantis sepa que va a morir es casi con seguridad una referencia a la muerte de las mantis macho en ciertas especies de mantis mientras se aparean, ya que la hembra se come sus cabezas. El macho no "desea" morir pero "desea" aparearse. A pesar de este símbolo de la fatalidad, es patentemente dudoso cuánto puede saber o intuir la mantis macho sobre el hecho de que aparearse significa su posible muerte, ya que es solo un insecto con un sistema cognitivo bastante limitado.
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24/10/2022
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