Relatos:Nazi Potter y la Filosofía Perdida - Capítulo 5: La Fierecilla Domada

De Bestiario del Hypogripho
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Harry Potter

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Como Draco había insistido, ahí estaba Moon, tomando clases de "Protocolo y buenos modales" con el Sr. Goyle, quien la trataba con un apenas disimulado desprecio. En cierto modo, y a pesar de haber aceptado explícitamente el razonamiento de Draco (a quien aun tenía en mucha estima), Moon seguía sintiendo en el fondo de su ser que era un contrasentido preocuparse por cosas como la etiqueta a la hora del té cuando Hogwarts podía hallarse en el camino de caer bajo el control de una dictadura nazifascista.

Sin embargo de estas contradicciones mentales, Moon debía admitir que —seguramente por respeto a su empleador, y no a ella— Goyle hacía su trabajo a la perfección. De escrupulosos traje y corbata, se sentaba en la Sala de Metamenesteres a decirle todo lo que tenía que saber y cómo comportarse, con el solo defecto de sus ocasionales muecas de asco —Moon casi hubiera jurado— ante su mera existencia. Aunque Moon era de lo que la mayoría de los Slytherin llamaban sangre pura, las excentricidades de su familia les habían costado mucha reputación, haciendo de su estatus cuasi-aristocrático más una mancha que un pedestal. Por eso, incluso antes de que ella fuera una paria en la casa Ravenclaw por promover las llamadas hipótesis del complot, Moon era vista más bien por recelo entre los avatares elitistas de la escuela.

El Sr. Goyle no sería el único profesor que Draco había elegido para Luna, empero. Estaban también las hermanas Patil, que iban a ilustrarlas en asuntos más esotéricos. Antes de conocerlas, Goyle le había dado una serie de advertencias acerca de cómo provenían ellas de una cultura distinta, tan respetada como la suya pero sin dudas con otras costumbres:

— Los Sangre Pura provenimos de dos vertientes: Atlantis y Lemuria. Yo, y en la práctica toda la comunidad que conocemos, somos de la sangre Atlántida. Las Patil, por su parte, tienen una madre lemuriana. La razón es que sus padres no podrían haberse casado según la tradición atlanteana.

— ¿Por qué no? — Inquirió Moon abriendo mucho sus grandes ojos azul-violáceos. Para variar estaba interesada en algo que Goyle decía, hacía o conocía; algo muy distinto a las intrucciones sobre cómo sostener apropiadamente la cucharita del segundo bizcochuelo de almendras.

— Porque son un matrimonio triple. Verás, por limitaciones en nuestro idioma inglés, que por fortuna no estamos obligados a seguir en este medio, la mayoría de las personas en nuestra escuela creen que Padma y Parvati Patil son gemelas. Esto es, en realidad, un craso error. Ellas son mellizas no idénticas, y de distintos padres.

— ¿Es eso posible?

— Evidentemente, lo es. —Respondió el Sr. Goyle, como afirmando gravemente una obviedad absoluta para todo quien tenga uso de la razón o pise la Tierra.— El padre de Padma es el Sr. Pérez Gonzalez.

— ¿Y el de Patil es el Sr. González Perez? — Interjectó Moon Amabien, divertida.

— No. —Contestó Goyle secamente, evidentemente no entendiendo el chiste.— Es el Sr. Glückenberg-de-Lancashire.

— Acaso su madre...

— Recuerda que tenemos 11 años, no podemos discutir eso frente a los lectores.

— ¡Pero somos muy maduros para nuestra edad! —Protestó Moon ampliamente.— Además técnicamente somos adolescentes, es decir, teens.

Tweens —Volvió a corregir Goyle.— Y además, el plot point de nuestra aparente madurez es para más tarde. ¿Puedo continuar la lección?

— Bueno. —Resopló Moon, resignada. Hasta alguien de su propia edad la estaba aleccionando ahora. No había bastado la humillación frente a Dumbledore. Pero al menos esperaba conseguir más datos a cambio.

[INCOMPLETO]

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