Relatos:Hyperboleika

De Bestiario del Hypogripho

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Deprimido estaba, no había nada más allá, solo oscuridad. El universo era vacío, esférico, limitado y deprimente.
"Pero, ¿porqué no existía nada más?" pregunté, no lo sabía, solo sabía que tendría que conformarme.

Volví a Elypsia deprimido, deprimido de la realidad. La vacuonave calló y atravesó las grises nubes, y luego aterrizo sobre el seco suelo, nada más sucedió.

Aburrido estaba, desmotivado, llegué a casa con un sereno silencio que escondía mi depresión. Me tumbé en la cama e intenté dormir a desgana. Pero no podía dormir, o percibía que no podía dormir.

Abrí los ojos en lo que parecía ser real, pero me dí cuenta de un pequeño detalle, la rectangular habitación tenía aristas de 78 grados en lugar de 91 grados, ¿era posible? Salí a la calle y entonces me dí cuenta, había despertado en un nuevo mundo, un mundo creado por mi imaginación en el acto de dormir.

Este nuevo mundo era algo extraño, cuando salí a la calle me percaté de que las casas tenían forma semi-icosahédrica, cortando con el suelo formando un pentágono, pero este era el menor de los detalles, tales casas formaban un teselado tetra-pentagonal, es decir, con pentágonos unidos de cuatro en cuatro sobre el plano, y encajaban a la perfección, algo imposible en Elypsia. Estaba en un nuevo mundo, un mundo que llame Hyperboleika.

"Oh, maravillosa Hyperboleika, hermoso mundo, hermosa tierra, mas, real me gustaría que fuere" dije, "¿que maravillas me aguardas?" pregunté.

Hyperboleika era exótica, extraña, ilimitada y compacta, y yo me sentía feliz, pero por poco tiempo, debía aprovechar el sueño lo máximo posible. Entonces empecé a caminar en línea recta, y caminé, y caminé, caminé hasta perderme. Todo era maravilloso, pero me preguntaba "¿que habría más allá?".

Cogí el tren y salí de aquella diminuta pero gran ciudad. Lo que veía por la ventana del tren era extraño, las lejanías y cercanías se movían y giraban a la misma velocidad, extremadamente raro, pero claro está, no era raro en un mundo hiperbólico.

Disfrutaba, me sentía feliz, era feliz soñando, pero corto sería el ensueño, pronto me dí cuenta, el sueño acabaría, y a la elíptica realidad regresaría.

Rápidamente fui a la vacuonave, obviamente yo estaba perdido así que tuve que utilizar toda mi fortaleza mental para hacerla aparecer de la nada en mi sueño, entré y despegué.

Alcanzados tan solo 200 metros de altura, todo lo que conocía se redujo a un punto, llegué al espacio, vi los astros, no veía Shina ni Muna donde deberían estar, en su lugar vi miles de astros en un espacio tan reducido que en la realidad físicamente sería imposible simularlo, también vi la extensión del universo maravillado. Y entonces me pregunté, "¿que habría más allá?".

Mientras tanto, no me di cuenta de que había gravedad en las paredes causa del espacio hiperbólico que tiraba de tal, entonces aceleré la vacuonave e hice mal en hacerlo, pues la vacuonave estalló y todos sus componentes se alejaron en aceleración. Cada vez más rápido. Solo quedaba yo, ahogándome en el vacío mientras observaba el maravilloso universo hiperbólico, sabía que pronto el sueño acabaría y yo despertaría.

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