Lírica:Cómo nuestra ciudad ha muerto

  

Si mis pupilas fueran los soles del atardecer, ¿Qué verían? Todas esas personas crucificándose... con sus manos. Sus estacas. Sus clavos. Pero, ¿Puede un niño llenar una cruz?
Esta ciudad está obsoleta. Está muriendo. Puedo verlo. Puedo sentirlo. Todos esos espacios vacíos. Las fuentes apagadas. El agua seca. Los negocios cerrados. Las vidrieras vacías.
Y yo conozco el silencio de está noche porque vi el amanecer, sentí el mediodía. Hay que conocer lo real para reconocer lo falso.  Hay que ser el Sol para iluminar la Luna.
Y yo, en estas horas del crepúsculo, camino solo. Ninguna de esas personas podría ser mi amiga, aún cuando yo fuese su amigo. Ninguno de sus mundos me pertenecería, aún cuando yo les perteneciera.
Y la cruz, y los clavos, y las lágrimas, estarán secas, como esas fuentes envejecidas de mediados de los años noventas, como esas tiendas de rubros que ya no existen, como esas galerías cerradas/cerrándose/en proceso de cierre. Y todo estará vacío, pero nadie notará el vacío, porque habrán nacido en esta era y nunca verán el mediodía, ni la mañana, ni la tarde.
Agonizaremos en una perpetua noche mientras una a una, todas las luces se apagan. Eso han dicho del Universo, pero es cierto también para otras cosas.

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04/03/2022 - hta 21:24 hs