Leo-Nardos
Los Leo-Nardos son de la casta dominante del Imperio Cálico, y crecen bajo las estrellas destellando en sus ojos. Provienen originalmente de las montañas donde una vez vivieron sus ancestros, pero con la tecnología del Imperio Cálico, sus cabezas se atreven a soñar, más altas que la Luna.
Los Leo-Nardos son sonrientes: Se describen como gente feliz, valiente, y es divertido estar alrededor suyo. Su mayor poder es el de controlar la herramienta de la tecnología del Imperio Cálico, lo cual, a su vez, los hace los prospectivos señores de toda Valkalondra.
Físicamente, los Leo-Nardos se ven como leones erguidos, bípedos, con ojos de un azul brillante (que resplandece como un cian estrellado en la oscuridad) y pulgares oponibles.
Fueron los Leo-Nardos quienes convencieron a los Gatonios de la superioridad de la vida urbana. Así se ganaron su eterna gratitud.
Según la cultura de los Leo-Nardos, cultivar la habilidad tecnológica es indivisible de cultivar la perfección artística. El dibujo técnico es su disciplina más preciada, y la arquitectura su pasión universal.
Los Neo-Nardos son artistas, pero también ingenieros, técnicos, informáticos. Diseñan todo el tiempo nuevos modelos de bio-implantes así como formas más eficientes de alojar a los felinos, como los Edificios-Guarida y las Cuevas de la Gatificación.
A pesar de su buena prensa, hay una minoría entre los Gatonios que se opone a la "Placentera" dominación de los Leo-Nardos. Estos se agrupan en la misteriosa Casa Club AntiNepeta. Su argumento es que los Leo-Nardos en realidad tienen planes siniestros basados en la adicción de los gatonios a la Hierba gatuna.
Los Leo-Nardos promueven el prejuicio contra los llamados "Perritraidores" (hienas del bosque), así como buscan la manera de repeler a los Linces que se Despiden de la Madrugada para extender la capacidad industrial.
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