La canción de la eternidad
No tiene público
Fantasmas aciagos de los días venideros
Y pasados
Se congregan bajo árboles muertos de plástico
Que nunca tuvieron vida ni más
Que precio, precio y precio que sube
Y un coste muy alto que pagamos todos
¿Cómo te engañas? El plástico no crece
Su verde veneno es pintura que encubre
Las ruedas giran pero solo dan vueltas
El volante no impide el choque
Una pelota se mancha en océanos de sangre
No hay fiestas, ni felices
Ni perdón y tampoco venganza
No hay "milagros" sin dioses
Ni "pueblos" sin consciencia
Y sólo morimos en silencio congelados
Entre copos de falsa-nieve veraniega, telgopor derretido
Blanco por la inocencia, negro por el fuego
Las memorias distantes de un saqueo en Diciembre
Que hoy nos quieren robar;
¡Mira mi alegría, qué brillante
exultación estática de que todo es luz y humo y espectáculo!
Puro ritmo, nada de sustancia.
La referencia a los copos de falsa nieve veraniega (hechos en ocasiones del susodicho telgopor) se trata de que, a pesar de que en el hemisferio Sur es verano, se utilizan las decoraciones navideñas de "temporada de nevadas" diseñadas para EEUU y Europa noroccidental, y basadas en sus solsticios de invierno.
"Las memorias distantes de un saqueo en Diciembre, que hoy nos quieren robar" es una referencia a los saqueos comunes en las fiestas de verano argentinas; en especial a las del año de la insurrección del 2001. Asimismo son las fechas para conmemorar las decenas de asesinados por las fuerzas de seguridad, sólo por tomar parte en las protestas. Las fechas de conmemoración del levantamiento, sin embargo, desde 2022 coinciden con las de la victoria de la tercera copa del mundo que gana la selección argentina de fútbol. En esa operación se transforma un día de memoria, luto y rabia, a un día de fiesta.
En ocasiones, los árboles de Navidad pagados con el erario público se quemarían en protestas conectadas con estos sucesos, así como ha ocurrido en otras protestas anticapitalistas de temporada alrededor del mundo.
"Puro ritmo, nada de sustancia" es una invocación a la popular frase "ritmo y sustancia" (referida originalmente, con fuerte presunción, a la bailanta y las drogas), proveniente del título del epónimo álbum de la banda Mala Fama de cumbia villera.