Lírica:El alquitrán
Cada vez que se me han roto los huesos
los he soldado
solo con espera, quietud,
santa paciencia que se ha largado.
Te habrás ido con él, maldita
como yo,
que estoy marcada.
¿Por qué tanta viscosidad,
si os habéis ido?
¿Por qué tú y el vigor, su perfume masculino,
no estáis conmigo,
pero sí el pegamento,
el alquitrán,
el hedor de la urbe arrebatada?
Si no puedo caminar, no tengo suelo.
Caigo al vacío.
Ahora entiendo aquel «no te hagas daño»
previo a incitarme a la eterna caída:
fue una invitación despreocupada,
una confirmación
igual a haberme dicho: «así funciona»,
y yo ni lo pensé, lo pienso ahora
pues todo siempre halla el sentido que le damos
y hay tiempo de pensar en la caída,
al tiempo de temer hallar el suelo.
⚜️[editar]
Este artículo es un poema trasladado desde Generación Propia. | Su ubicación es la siguiente: El alquitrán |
Artículo original de Laura Cano Para proponer cualquier cambio o adición, consulte a los autores. |