Lírica:De la absurdez por encima del todo y la nada

      

Estamos en la playa.

Hemos emigrado de nuestras preocupaciones

para preocuparnos el uno al otro.

Cada vez que me reencuentro con el mar

me creo reunida con la serenidad que no me pertenece,

por un rato,

porque en seguida debo volver a la jaula

y a ésa le pertenezco yo.

Esta paz arrebatada desde mi nacimiento en la urbe,

que me estigmatizó como bicho urbano,

es ahora testigo de nuestra estupidez.

La absurdez de nuestras palabras me descontrola el sistema nervioso,

la percepción de realismo y fantasía por separado

—ahora mismo podría salir el mismísimo Cthulhu de las entrañas marinas

y yo pedirle que cerrara la boca pulpoide—.

No pasa nada, te lo estoy diciendo,

no pasa nada, pero me lo digo yo

como una obviedad tranquilizante, que no tranquilizadora

porque, si realmente lo pensara,

me aterrorizaría su magnitud irremediable,

que el todo y la nada son la misma cosa

incomprensible

y por mucho que mi paciencia borbotee

su ebullición no puede

cambiar el ánimo del mar,

y las olas siguen rompiéndose oscuras contra la orilla

que nos aguanta.

 

Nos hemos distanciado

por interpretación tuya de mis instrucciones.

Te he estallado la paciencia con mi frase Prozac

y has apuntado a su absurdez con cierto ingenio del absurdo.

Has dicho que no pasar nada es como no hacer nada,

que no puede ser,

que siempre, al menos, se mira al techo -o al cielo-,

y me has hecho gracia a regañadientes.

Pero vamos a imaginar que puede ser posible

-sigue el teatro-,

vamos a imaginar que, efectivamente,

la nada pueda pasar

-soy yo en escena-

o no pasar nada,

el sí y el no a la vez: todo y nada,

y no hablemos nada o de nada durante un rato.

Te lo has creído, me has hecho caso,

y ahora me gritas que te avise cuando pase el rato.

Qué nada cronometrada tan absurda

y qué abrazo tan absurdo nos damos para romperla.

⚜️

0

Votar

	Este artículo es un poema trasladado desde Generación Propia.	Su ubicación es la siguiente: De la absurdez por encima del todo y la nada

	Artículo original de Laura Cano Para proponer cualquier cambio o adición, consulte a los autores.