Lírica:0081 Espejos

        

¡Solsticio de Invierno! Sur y más Sur, siempre este Sur, que no perdona ni olvida jamás. Estaré despierto a través de ésta, la noche más larga, contemplando cómo la pantalla funge de espejo del cuerpo y de la mente. Todos los espejos son falsos, todo el zumbido que atraviesa los odios es el odio mismo de la civilización contra sus hombres. Yo estoy atrapado por los contratos, espejos finísimos en las hojas, árboles muertos y asesinados por las despiadadas máquinas. En mis manos un teclado, un espejo plástico, también producto de la muerte, y estoy en un edificio en lo que antes era monte por donde corrían los roedores y bailaban los insectos. ¿Podemos decir que nosotros mismos no somos espejo de esta civilización? Pues como los papeles están recortados, están impresos, está plenos de minúscula pormenorizada e inválida información de la invalidez misma que invalida su propia invalidación, también los seres humanos hemos sido formados, hemos sido recortados... ¡Sí! Tal vez aún más terrible, hemos sido impresos y nuestro contenido ardió con la tinta de nuestras experiencias, vivimos en una sociedad oh sí. Esas experiencias no nos pertenecen, esas estrellas y constelaciones que creíamos que veíamos con nuestros propios ojos en realidad tenían nombres o mitos, y ¿Quién nos dijo qué significaba Marte y qué era Venus? ¿Quién nos enseñó el género del Sol y de la Luna? ¿No hay otras culturas donde éstos son distintos? ¿No hay otros nombres para lo que conocemos con un nombre, no hay otros mitos para lo que identificamos con un mito? Y la Luna, ese inmenso espejo, nos mira con una cara, un rostro restante que es diferente en el sur que en el norte, en la oscuridad que en la luz, en la noche que en el día, en lo nuevo que en lo lleno. Y podemos rezar a la Luna por nuestras cosechas, por nuestros sufrimientos... es en vano, el vacío que nos separa hace imposible que el sonido llegue. La Luna no hablaría nuestro idioma; su luz es la luz de otro Astro, su sombra puede ser la sombra de la Tierra... y como la cultura, que vemos reflejada en la luna, en los dioses y diosas de la luna, en los signos y símbolos de la luna, en los rituales y meses de la luna... tiene que acabarse. Yo saltaré a la eclipse de sangre con el puño en alto, para destruir ese signo lunar con el que me identificaron, para acabar con la causa de la vida en nuestro planeta, para demostrarle al mundo que ya no necesitamos los dioses y diosas, para ser libre de la comparación con lo inmenso y lo sublime. ¡Luna! ¡Espejo condenado de la bacteria y del hombre! ¡Símbolo suave y mentiroso de la resurrección y el tiempo! ¡Tú que vaciaste el templo de Marduk a la caída final de Babilonia! ¡Tú que levantaste los mares en contra de la humanidad! ¡Tú, que presumes sola de día y de noche, no sujeta a ningún tiempo, amaneciendo roja en tu soberbia, desapareciendo negra en la ignominia, fingiendo no estar tras el horizonte! ¡Tú, Luna, en este solsticio has terminado!

Cuando hube acabado, todavía el papel resplandecía, todavía la tinta en nuestro fuego no estaba borrada, y el hombre y la mujer reflejaban; pero la Luna ya no era. Sí, todavía quedaban 80 espejos.

Serie de los Espejos

• 7000 Espejos
• 6999 Espejos
• 6998 Espejos
• 6997 Espejos
• 6996 Espejos
• 6995 Espejos
• 0081 Espejos
• 0004 Espejos
• 0003 Espejos

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