Ocultoteca:Gilgameš, Ištar y el Toro Celeste (MSYA)

De Bestiario del Hypogripho

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Mitos sumerios y acadios y Bibliografía.

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El mito sumerio «Gilgameš[r 1], Ištar[r 2] y el Toro Celeste», conocido por diferentes fragmentos muy incompletos, fue incorporado al «Poema de Gilgameš», tras su adecuada reelaboración en la que se respetó la línea argumental aunque no los detalles. Gracias a la versión asiria, mutilada en algunos pasajes, y que aquí se recoge, conocemos con detalle tal poema mítico.

Gilgameš[r 3] limpió sus armas[r 4] y las hizo brillar,
lavó su larga cabellera y la echó sobre sus hombros[r 5],
quitóse sus vestidos manchados en la lucha,
se puso otros limpios y se ajustó la túnica.
Luego se cubrió la cabeza con la tiara[r 6].
La gloriosa Ištar[r 7] puso sus ojos en la gran hermosura de Gilgameš:
«¡Ven, Gilgameš, sé tú mi amante[r 8],
concédeme el don de tu amor!
¡Que seas mi esposo y yo tu esposa[r 9]!
Enjaezaré para ti un carro adornado de lapislázuli[r 10][r 11] y oro:
sus ruedas serán de oro y las astas de su caja[r 12] serán de una mezcla de plata y oro[r 13].
Tendrás demonios de la tempestad[r 14] para uncirlos al carro a modo de mulas poderosas.
Entrarás en nuestra casa bajo la fragancia de los cedros;
cuando entres en nuestra casa
el umbral y el estrado besarán tus pies,
se humillarán ante ti reyes, príncipes, señores;
los montañeses[r 15] y la gente del llano te ofrecerán sus tributos,
tus cabrás parirán crías triples, tus ovejas mellizos,
tu asno irá más cargado que tu mula,
tus caballos[r 16] serán famosos por su carrera
y tus bueyes, bajo el yugo, no tendrán rival».
Gilgameš abrió la boca para hablar
y dijo estas palabras a la gloriosa Ištar:
«¿Y qué tendré que darte si me caso contigo?
¿Acaso aceite para ungir tu cuerpo y vestidos?
¿He de darte pan y vituallas?
¡(Tú has de comer) alimento digno de tu divinidad!
¡(Tú has de beber) bebida propia de tu realiza!

Sigue en el texto una laguna de tres líneas.

¿Qué ganaría yo casándome contigo[r 17]?
No eres más que un brasero que se apaga con el frío,
una puerta trasera que no resiste la tormenta,
un palacio que los héroes han saqueado,
un turbante que ahoga a quien lo lleva[r 18],
pez que ensucia a quien la toca,
odre que moja a su acarreador,
piedra caliza que se desprende de la muralla[r 19],
amuleto incapaz de proteger en país enemigo,
sandalia que oprime el pie de su propietario.
¿A quién de tus amantes amaste para siempre?
¿Cuál de tus pastores te ha gustado siempre?
¡Escucha! te leeré la interminable lista de tus amantes».

Laguna de una línea.

«Para Tammuz[r 20], el amante de tu mocedad,
has ordenado llantos, año tras año[r 21].
Después de amar al pintado pájaro «pequeño-pastor»[r 22]
lo lastimas, rompiéndole sus alas
y ahora permanece en el bosque piando: "¡Mis alas!".
Amaste al león[r 23], perfecto en fuerza,
pero le cavaste siete veces siete trampas[r 24].
Amaste al garañón[r 25], magnífico en la batalla,
pero lo sometiste a brida, espuela y látigo.
Lo destinaste a galopar siete dobles horas diarias[r 26]
y le diste de beber agua cenagosa.
Y para su madre, Silili[r 27], fuiste motivo de llanto.
Después amaste al pastor del rebaño,
que sin cesar quemaba incienso para ti
y que cada día te sacrificaba cabritos;
pero lo tocaste y lo transformaste en lobo
y ahora sus propios zagales lo persiguen
y sus perros le muerden las ancas.
Luego amaste a Ishullanu[r 28], el jardinero de tu padre,
que te llevaba siempre cestos de dátiles
y que cada día (con frutos) embellecía tu mesa.
Lo codiciaste y fuiste hacia él, diciéndole:
«¡Oh, mi Ishullanu, ven a mí, hazme gozar tu vigor!
¡extiende tu mano y acaríciame!»
Ishullanu te contestó:
«¿Qué deseas de mí?
¿Acaso mi madre no ha cocinado, no he comido[r 29]
para que tenga que recurrir a los alimentos de oprobio y maldición que me ofreces?
Contra la helada los cañaverales no ofrecen suficiente protección[r 30]».
Cuando le oíste hablar así, (continuó Gilgameš),
lo tocaste y lo convertiste en tallalu[r 31]
y lo pusiste en medio de las ruinas,
donde no puede subir ni bajar.
Si yo fuera tu amante me tratarías como a ellos».
Cuando Ištar oyó tales palabras,
se enfureció y ascendió al cielo de Anu[r 32].
La diosa Ištar se adelantó ante Anu, su padre,
ante Antu[r 33], su madre, y dijo:
«Padre mío, Gilgameš, me ha llenado de insultos,
Gilgameš ha enumerado mis vilezas,
mis infamias y mi impureza».
El dios Anu abrió la boca para hablar,
diciendo a la gloriosa Ištar:
«Seguramente le has pedido su amor,
y él ha enumerado tus vilezas,
tus infamias y tu impureza».
La diosa Ištar tomó la palabra y habló
diciendo al dios Anu, su padre:
«Padre mío[r 34], crea el Toro Celeste[r 35], para que castigue a Gilgameš,
y Gilgameš sepa así lo que es el miedo.
Si no creas para mí el Toro Celeste,
haré pedazos las puertas del Mundo Inferior[r 36]
(y) colocaré abajo a los que están arriba,
haré subir a los muertos para que devoren a los vivos,
para que el número de los difuntos sobrepase en cantidad al de los vivos[r 37]».
El dios Anu abrió la boca para hablar,
diciendo así a la gloriosa Ištar:
«Si accedo a lo que me pides,
habrá siete años de cáscaras vacías[r 38].
¿Has apilado grano para el pueblo?
¿Has amontonado forraje para las bestias?».
La diosa Ištar tomó la palabra y contestó
diciendo así al dios Anu, su padre:
«He almacenado grano para el pueblo
y habrá provisión de forraje para las bestias.
En el caso de que la tierra sea estéril durante siete años,
habrá grano para el pueblo,
habrá forraje para las bestias».

Aquí se interrumpe el texto. Sin embargo, lo poco conservado deja adivinar que el dios Anu accedió a la petición de Ištar, creando el Toro Celeste. Gracias a un pequeño fragmento neoasirio conocemos detalles de los primeros momentos de la actuación del Toro Celeste, que mataba a centenares de hombres a los primeros resuellos.

Anu, tras oír la respuesta de Ištar,
(creó el Torro Celeste)[r 39],
dándole la traba del Toro Celeste,
para que Ištar lo pudiera conducir a Uruk[r 40].
Cuando (el Toro Celeste) llegó a las puertas de Uruk,

Sigue una laguna textual por la carencia de una línea.

se fue al río (y con) siete (bocanadas desecó) el río;
al primer resoplido del Toro Celeste se abrió (un gran) hoyo,
en el que cayeron cien jóvenes de Uruk;
doscientos jóvenes, trescientos jóvenes;
al segundo resoplido se abrió un nuevo hoyo,
en el que cayeron doscientos jóvenes de Uruk; trescientos jóvenes.
Con un tercer resoplido (se abrió otro hoyo) cerca de Enkidu[r 41].

En éste cayó Enkidu,
pero Enkdiu se escapó y (...).

El Toro Celeste se plantó ante él,
con la punta de su rabo (...)

Aquí finaliza el fragmento neoasirio. La narración se reemprende con la tablilla asiria.

Al tercer resoplido saltó contra Enkidu;
(pero) Enkidu paró su embestida.
Brincó a lo alto agarrando al Toro Celeste por los cuernos.
El Toro Celeste lanzó su espuma a la cara del héroe;
le restregó con lo espeso de su cola;
(pero Enkidu lo dobló en tierra; humillando su mole retorciéndole la cola).
Enkidu abrió la boca para hablar,
diciendo a Gilgameš:
«Amigo mío, lo hemos conseguido (...)».

Sigue una laguna de unas quince líneas, pero el desarrollo de la lucha se manifiesta en las líneas que continúan.

«(Gilgameš, amigo mío, prometimos dejar nombres duraderos,
clávale ahora tu espada entre la cerviz y las astas»).
Entre la cerviz y las astas (Gilgameš) hincó su espada.
Muerto el Toro, le arrancaron su corazón
y lo ofrendaron a Šamaš[r 42][r 43],
Retrocedieron y rindieron homenaje a Šamaš,
después se sentaron juntos, como dos hermanos.
Entonces Ištar subió al muro de la amurallada Uruk,
se encaramó a las almenas y lanzó su maldición:
«¡Ay de Gilgameš, porque me injurió dando muerte al Toro Celeste!».
Cuando Enkidu oyó estás palabras de Ištar
arrancó el muslo derecho[r 44] del Toro Celeste y lo arrojó a su cara, diciendo:
«Si pudiera atraparte, como a él te trataría,
y colgaría sus entrañas a tu cuello como una guirnalda[r 45]».
Ante esto, Ištar congregó a las consagradas,
las mozas (de placer) y las rameras (del templo)[r 46].
Sobre el muslo derecho del Toro Celeste todas gimieron,
Gilgameš, sin embargo, convocó a los artífices, a los artesanos[r 47]
para que admirasen el tamaño de los dos cuernos:
cada uno estaba formado por treinta minas[r 48] de lapislázuli,
la capa superior de cada uno tiene un grosor de dos dedos.
¡Se podían verter seis gur[r 49] de aceite en ellos!
Gilgameš ofreció los dos cuernos a su dios Lugalbanda[r 50] como vasos de ungüentos;
llevándolos al santuario de su divinidad en donde los colgó.
Luego, en el Éufrates[r 51] purificaron sus manos,
se abrazaron a medida que caminaban
y atravesaron la (gran) calle de Uruk.
La gente de Uruk se reúne para contemplarlos.
A las tañedoras de lira[r 52] de Uruk
dice Gilgameš estas palabras:
«¿Quién es el más espléndido entre los héroes?
¿Quién es el más glorioso de los hombres?».
«¡Gilgameš es el más espléndido entre los héroes!
¡Gilgameš es el más glorioso de los hombres!».

Sigue una laguna de tres líneas.

Gilgameš celebró una fiesta en su palacio;
(y cuando) los héroes yacían en sus lechos nocturnos,
Enkidu, acostado también, vio un sueño.
Al levantarse comenzó a relatar su sueño,
diciendo a su amigo:
«Amigo mío, por qué los Anunnaki[r 53] celebran consejo?».

Aquí finaliza el texto sin que sepamos el contenido del sueño de Enkidu ni la interpretación que del mismo realizó Gilgameš[b 1].

Referencias[editar]

Las Referencias aluden a las relaciones de un artículo con la "vida real".
  1. Nota del transcriptor: En el original Gilgamesh. Nosotros transliteramos sh por š.
  2. Nota del transcriptor: En el original Ishtar. Nosotros transliteramos sh por š.
  3. Quinto rey de la Primera Dinastía postdiluviana de Uruk, cuyo reinado hay que situar hacia el 2750 a.n.e. y sujeto de un ciclo mítico de gran importancia religioso-literaria. Hoy se aboga en pro de su historicidad.
  4. La contaminación de las armas de Gilgameš provocada por la muerte del guardián del Bosque de los Cedros, Humbaba (o Huwawa) obligan también a que el héroe las purifique.
  5. Se deduce que había combatido con el pelo recogido en una trenza. Los sumerios, en épocas remotísimas, llevaban el pelo largo que recogían en mechones o trenzas antes de entrar en combate. La plástica sumeria más antigua representa a sus tipos con melenas y barba; luego, a comienzos del tercer milenio, aparecen totalmente rapados.
  6. La tiara era el tocado de la divinidad, pasando después como emblema regio a los reyes.
  7. Gran diosa acadia del amor y de la guerra. Fue una de las divinidades más relevantes del panteón mesopotámico siendo la versión de la Inanna sumeria.
  8. La mitología griega tampoco ignoraba el amor de los dioses por los mortales. Ceres, por ejemplo, se unió al héroe Jasón; la Aurora con varios mortales y Afrodita con el padre de Eneas, Anquises.
  9. Podría verse aquí implícitamente un reproche a los dioses al no permitirle a Ištar contraer matrimonio con Gilgameš.
  10. Piedra de tono azul intenso, muy usada en el Próximo Oriente antiguo como piedra semipreciosa.
  11. Nota del transcriptor: La mayor parte se extraía en el actual Afganistán, creándose importantes redes comerciales y de intercambio para que llegara a Mesopotamia o hasta Egipto.
  12. En cada ángulo delantero de la caja del carro había unas protuberancias para recoger o anudar las riendas.
  13. Elmeshu, es decir, el electro o aleación de cuatro partes de oro y una de plata, de color parecido al ámbar. Cf. este carro con el de la descripción del de Febo que hace Ovidio (Metamorfosis, II, 107, y ss.).
  14. Nota del transcriptor: Ugallû (?).
  15. Nota del transcriptor: Seguramente haga referencia aquí a uno de los pueblos de las montañas, como los guti.
  16. La referencia a los caballos es un anacronismo. (V. Korošec). El caballo no fue conocido en Súmer. Hacia el 2000 a.n.e. ya se detecta el caballo en el Próximo Oriente, pero los posibles equinos representados en el arte sumerio son onagros o mulas.
  17. Un caso parecido, en rehusar los amores de dioses, puede ser el de Narciso, huyendo de la ninfa Eco, hija del Aire.
  18. Seguimos la lectura de R. Labat para este verso.
  19. Este verso está sujeto a varias interpretaciones por los especialistas.
  20. Hombre acadio, adaptado del sumerio Dumuzi. Fue, según el mito, el amante de Ištar, centrándose en su torno diferentes leyendas. En época acadia se le hace dios de la vegetación, personificando así el mito de la regeneración.
  21. Esto es, «lo has destinado a ser cada año objeto de lamentación». Aquí podría verse la muerte periódica de Tammuz, y su retorno anual coincidiendo con la renovación de la naturaleza.
  22. Se trata del pájaro allalu, especie de arrendajo (pájaro de pequeña talla y de color gris morado o azulado).
  23. Ištar, por lo aquí dicho, también había sido amante de los animales.
  24. La cifra siete designa aquí universalidad o tatalidad, esto es, «le cavaste numerosísimas trampas».
  25. Mito del caballo semental. Cf. con el caballo de la historia de Semíramis, amante de su caballo (Plinio, Historia Natural, VIII, 64).
  26. Los mesopotámicos dividían todo un día en doce horas dobles en lugar de veinticuatro. Una doble hora tenía su equivalencia métrica en casi 11 km. Los autores modernos traducen hora-doble (beru) como «legua». El número siete indica también aquí la gran cantidad de horas que lo tuvo cabalgando.
  27. Divina madre de un famoso caballo semental.
  28. Jardinero del dios Sin.
  29. Con esta respuesta Ishullanu rechaza el amor de Ištar. En todo este pasaje hay lenguaje figurado.
  30. Parece tratarse de un proverbio o máxima, un tanto forzado aquí.
  31. Se trata de un animal, que unos identifican con una araña y otros con un topo.
  32. Anu fue el dios absoluto de la cosmogonía súmero-acadia y rey del cielo en la tríada que formaba con Enlil y Enki (Ea). Fue el padre de los dioses y el organizador del mundo. Se le veneraba especialmente en Uruk.
  33. Diosa paredra de Anu. Aquí se hace a Ištar hija de Anu y de Antu, pero antes, al citar al jardinero Ishullanu, se la ha hecho hija de Sin.
  34. Llama así a Anu, en tanto que dios-cielo y padre absoluto de los dioses.
  35. Figura mítica. Este ser nos recuerda al toro divino enviado por Neptuno a Minos y que devastó muy pronto Creta para vengar la afrenta que el rey había cometido contra su dios (Apolodoro, III, 9).
  36. Esto es, el Infierno, reino conocido con distintos nombres. Nota del transcriptor: Sería preferible utilizar el nombre de "Inframundo".
  37. Esta expresión aparece en otros mitos. Cf., por ejemplo, El Descenso de Ištar a los Infiernos. De hecho, Ištar amenaza al padre de los dioses.
  38. O lo que es lo mismo, de paja, de escasez. Puede compararse con los bíblicos siete años de escasez y hambre.
  39. Verso que se sobreentiende para mayor comprensión del pasaje.
  40. Ciudad al sur de Babilonia, no lejos de Ur. Hoy es la actual Warka.
  41. Enkidu, creado a partir del barro por la diosa Aruru para oponerse a Gilgameš, termina en el mito por convertirse en su fraterno amigo y colaborador, emprendiendo diferentes aventuras. Algunos autores lo consideran un posible prototipo de Adán.
  42. En el original Shamash. Nosotros transliteramos sh por š.
  43. Dios sol. Fue conocido con el nombre de Utu entre los sumerios. Se le consideró el titular de la justicia y de la sabiduría.
  44. Las partes derechas de los animales, creídas las más nobles, eran ofrendadas a la divinidad en los sacrificios cruentos. Obsérvese que aquí se comete un sacrilegio.
  45. Enkidu pasa de la insolencia a la grosería. Conserva todavía restos de su rudeza primitiva. ¿Hay que ver en todo este episodio una reacción contra el culto (y sus prácticas licenciosas) de Ištar? Nota del transcriptor: Este libro fue editado en la "Editora Nacional" en el año 1975. Eso puede contextualizar esa pregunta.
  46. En la antigua Mesopotamia, según sabemos por los textos, hubo gran variedad de sacerdotisas dedicadas a la prostitución sagrada.
  47. Concretamente, «metalistas» (kish-kattu).
  48. La mina era una medida de peso, equivaliendo a 0,5 kg. Cada cuerno, pues tenía un peso de 15 kg.
  49. El gur era una medida de capacidad, equivalente a 120 l. En total, pues, la capacidad de los dos cuernos era de 1440 l.
  50. Dios protector de Gilgameš. En algunas Listas reales sumerias se recoge esta divinidad en calidad de rey mítico.
  51. Uno de los dos grandes ríos de Mesopotamia, de 2700 km de longitud y que desempeño un gran papel en la historia de la zona.
  52. El contexto no parece exigir gente sierva (servidoras), sino más bien mujeres músicos, cantantes (Cf. con 1, Samuel, 18, 7)[R 1].
  53. Conjunto de los dioses que acompañaban a An en el cielo. Fueron luego repartidos por la tierra y el Mundo Inferior. Como dioses de ultratumba llegaron a ser los jueces de los muertos en algunos mitos.

Referencias de referencias[editar]

  1. Y cantaban las mujeres que danzaban, y decían:
    Saúl hirió a sus miles,
    Y David a sus diez miles.

Bibliografía[editar]

La Bibliografía se compone de recursos informativos que existen en la "vida real".
  1. Lara Peinado, F (1984): Mitos sumerios y acadios Este icono indica que el enlace anterior es un archivo PDF.Este icono dirige a una versión archivada en Internet Archive del enlace inmediatamente anterior.. Editora Nacional, Madrid, pp. 282-292 (144-148).

⚜️[editar]

   Artículo transcrito o recopilado por Jakeukalane
Por favor, consulta rigurosamente la bibliografía antes de cambiar o añadir algo a las transcripciones.