Ensayos:La ilusión de la importancia doméstica en la política estadounidense

De Bestiario del Hypogripho
"¡Eso es imperialismo, amigos!"

Este artículo tiene contenido abordado desde la perspectiva de la "vida real".     Este artículo tiene elementos redactados por NimoStar. Click para ver todos los artículos de este autor.  Este artículo está ilustrado con imágenes de autor no declarado, ninguna otra persona, ningún autor adicional y nadie más.  Este artículo carece de bibliografía real que sustente su contenido; se beneficiaría de su adición. 

Es muy curiosa la percepción del pueblo estadounidense sobre su propio país y sus motivos de intervención en la política mundial. Como los ciudadanos de USA salen poco y no se preocupan demasiado por los "asuntos exteriores", piensan que su propio gobierno es así de retraído.

La realidad es la opuesta: La principal función del aparato de gobierno de EEUU es exterior, no interior. La ilusión de la "importancia doméstica" permite que continúe la política exterior, que compone la verdadera base de continuidad estatal/gubernamental de USA. Mientras las políticas culturales y domésticas parecen cambiar de forma superficial, la política exterior se mantiene notablemente constante a través de los gobiernos e inclusive entre gobiernos de distinto "signo ideológico" aparente (aunque estos signos son y han sido durante innumerables décadas, digámoslo todo, variaciones bastante poco significantes materialmente en lo que respecta al dominio tanto concreto como discursivo del capitalismo corporativo-financiero). Los hechos materiales, como que los gastos militares constituyen y ocupan de forma consistente la mayoría del presupuesto discrecional de los EEUU, apoyan la interpretación (o más bien inevitable conclusión) de que el gobierno de USA no existe para USA principalmente, sino como un gobierno global cuyo fin implícito es el control de *todos* los países, no el suyo en particular. Los cables diplomáticos obtenidos y publicados por Wikileaks apoyan también esta hipótesis.

A pesar de esto (o precisamente por ello), la población de EEUU en general es sometida a una intensa y constante campaña de propaganda. La campaña se basa en unas pocas premisas muy simples:

  • La primera premisa es que el gobierno de USA se preocupa principal o exclusivamente de la política doméstica y de lo que sucede en "su país", y solo muy secundaria o terciariamente del resto del planeta.
  • La segunda premisa es que EEUU es el centro indiscutido del mundo - y que todos los demás países los "siguen" ("el líder del mundo libre"), los "reflejan" o bien los "imitan"; que su realidad es normal y que cualquiera que se desvíe de ella es anormal (en realidad, es EEUU el país profundamente "anormal", como suelen ser los imperios dominadores). La producción cultural-industrial, como por ejemplo la incesante remanufactura holywoodense de la imagen pública de el país y el mundo, ayuda a sostener el peso inmenso de esta colosal falsedad con un continuamente reforzado torrente de USA-centrismo y USA-normativismo.
  • La tercera premisa, más abstracta, es que la política se basa en la moralidad y no en el pragma; que tomar una posición política es una postura moral o cultural que define a un individuo -o una nación- en una dimensión superior inaccesible del "bien y el mal"; es decir, que la política no tiene fines concretos de intervenir en el mundo físico, pero sí un fin moral de delimitar quién es "bueno" y quién es "malo".

Como resultado de esta campaña, la población se traga que su país es una "fuerza moral" que interviene en el exterior por "convicciones sinceras", y no concibe la realidad de que se trata de un imperio global plutocrático.

De la misma manera, esta campaña resulta en que los estadounidenses no conciben la política como una puja de intereses materiales y de lobbies (lo cual, en la práctica, absolutamente es), sino como una forma de mostrar que son "buenos" y que aquello a lo que se oponen es "malo". Por supuesto, esto es profundamente disfuncional para la persona o el grupo que posee esta convicción, puesto que los aliena tanto de sus propios intereses como de sus adversarios. Esencialmente, los vuelve incapaces de hacer un análisis objetivo de la política o de la historia, viendo todo en términos de caricaturas irracionales y de "lados que tomar" para estar con el "bien" percibido.

Aunque la Realpolitik tenga su propia influencia perversa, esta se manifiesta generalmente en el egoísmo y cinismo de las élites. Para las clases trabajadoras, el comprender la Realpolitik sería un paso adelante y un incremento de consciencia frente al sentimentalismo fácilmente manipulable de manera vertical que constituye el moralismo controlado.

Véase también[editar]

⚜️[editar]

   Artículo redactado por NimoStar
Para proponer cualquier cambio o adición, consulte a los redactores.