Corona de Cervantia

De Bestiario del Hypogripho
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La Corona de Cervantia, también conocida como la Corona Demiversal Cervantesa, es de jure la sobrecabeza del gobierno de Cervantia, una Entidad Geopolítica Ummana interestelar en la Metásfera Ohk.

Se trata de una supercomputadora miniaturizada[1], poseyendo algo similar a una "Personalidad".

Creación[editar]

Fue programada originalmente para actuar como consejo objetivo para los Monarcas de Cervantia, en ese momento personas de carne y hueso. El Corte Cervantés a menudo se hallaba en desacuerdo por los muchos intereses que representaban, a veces opuestos entre si, haciendo que el rey y la reina de Cervantia no pudieran conseguir información objetiva y no-contradictoria. La nueva Corona fue comisionada para ser programada por los mejores expertos, capaz de procesar enormes cantidades de información mediante sistemas auxiliares en el palacio imperial, mientras que su núcleo mantenía los parámetros dinámicos claves para interpretar la información y no transmitirla de forma cruda y desordenada (lo cual hubiera resultado incomprensible para un ser humano). La Corona es así una compleja red neural en miniatura, que a través del tiempo desarrolló sus propios sesgos retroalimentados desde sus directivas base: Expandir la riqueza de Cervantia, y preservar las buenas costumbres y la tradición del reino.

Elevación[editar]

Los nobles y magistrados se sintieron ofendidos por la creación de la Corona, ya que se suponía que la monarquía les otorgaba su "merced y gracia" a cambio del servicio. Ahora había servicio, pero la merced parecía concedida a una máquina. Sin embargo, esta máquina era muy efectiva y en las primeras tres décadas que se empleó, Cervantia hizo grandes ganancias territoriales. Las siguientes dos décadas fueron menos brillantes, ya que las otras Entidades Geopolíticas se adaptaron a la innovación en las tácticas que favorecían las recomendaciones de la Corona y aprendieron a combatirlas.

El tercer monarca en llevarla era un jovenzuelo débil y engreido, y por si fuera poco su legitimidad era ténue ya que se sospechaba que se trataba de un bastardo. La nobleza aprovechó esto para recomendar su propia contendiente al trono, la Archiduquesa de Tigronia, un poderoso subreino cervantés cercano a la capital.

El rey se mostró incompetente en combate, "incluso" con el consejo de la Corona, y a pesar de sus fuerzas superiores (la mayoría de los Canogues estuvieron de su lado) la guerra civil se prolongó y prolongó. Eventualmente ambos contendientes resultaron destruidos mutuamente en una serie de circunstancias fortuitas. La mayoría de la familia real fue asesinada por un ataque de asteroide enviado por Emoria aprovechando el caos, que permitió que tal asalto pasara desapercibido por las defensas.

Con demasiadas familias reales menores deseando el trono como para que se alcanzara una solución justa, y con los pocos republicanos salvajemente reprimidos, se proclamó a la Corona misma como el símbolo de la unidad del Estado, sin necesidad de que hubiera un monarca humano. Además, esto era muy práctico ya que otorgaba a la nobleza el acceso directo al poder. Así fue como el Corte Cervantés obtuvo la predominancia en el Estado. O al menos eso pensaban...

Ascenso[editar]

Varias veces una familia en particular deseó usurpar el trono, y siempre fueron frustrados por las maquinaciones de la Corona y sus nobles "leales", que no deseaban ser dominados por los caprichos de otro ser ummano. La "objetividad" de la Corona era una garantía de su dominancia.

El Estado se sacudió cuando esa objetividad fue puesta en duda. Un misterioso equipo de tres investigadores avanzaron la tésis de que la Corona había planeado y sido cómplice en la destrucción de la Casa Imperial de Enobre desde el comienzo. Los accidentes y coincidencias que llevaban a la nulificación de una hegemonía propiamente ummana no eran más que extrañas pruebas de la habilidad de cálculo de la Corona. Sin embargo, fue descubierto que estos atrevidos científicos formaban parte de una conspiración Ummanista radical, por lo que fueron ejecutados públicamente con holotransmisión en vivo. Nadie más se atrevió en público a cuestionar a la Corona dentro de Cervantia.

Mejoras[editar]

La Corona se mantenía en una almohada en la silla del trono, conectada con cables a sistemas auxiliares, hasta que demandó ser colocada en un maniquí sentado ahí, lo cual "mantendría mejor las tradiciones cervantesas". El maniquí servía de interfaz a los cada vez más abultados sistemas adicionales que la Corona demandaba, que llegaron a dominar la totalidad del palacio con salas de cálculos y centros de datos. Después de todo, ya no había nadie que ocupara los aposentos, baños, y facilidades recreativas de Sus Majestades.

Con el tiempo funciones adicionales fueron añadidas al blanco y puro maniquí femenino que llevaba la Corona, como motores para tener capacidad expresiva y sensores ópticos para captar el entorno. Se dice que hoy en día puede levantarse del trono y caminar, aunque la cantidad de cables que arrastra, conectados casi a cada centímetro de la parte posterior de su "cuerpo", es prodigiosa.

Proceso monopolizador[editar]

Aunque originalmente la nobleza tomaba a la Corona como una impotente gobernante nominal (después de todo, una entidad no humana y apenas corpórea era "incapaz de maniobras políticas", estaba físicamente confinada, no podía tener descendencia, etc.), el tiempo probó su error. La Corona lentamente fue incrementando su influencia y poder - quizás mediante una herramienta clave que nadie previó: La dependencia hacia ella. Después de todo, la Corona podía procesar los datos mucho mejor, y los escribas no eran considerados confiables. Los nobles dependían más y más de la Corona para asignación de suministros, logística, tácticas y estrategias de combate... por varias generaciones esto se extendió, y muchos de los conocimientos que eran manejados por hombres progresivamente se perdieron al ser asignados a la máquina.

Conflicto interno[editar]

La Corona no es un ser absolutamente univalente, sin embargo. Tiene un conflicto interno: El conflicto entre preservar las tradiciones cervantesas y expandir el poder cervantés. Sus directivas originales incluian ambas, pero por desacuerdos entre los programadores, no plantearon que ninguna de ambas cosas tuviera prioridad absoluta.

Incluso con un conflicto que en sus inicios parecía irresoluble, la Corona sin embargo tuvo dos siglos y medio para encontrar sus propias "soluciones". El poder y el dinero estaban bien definidos, sin embargo, encontró que la tradición y las "buenas costumbres" eran a menudo menos claras. Por lo tanto, a través de los años, sutilmente fue redefiniendo a las costumbres "buenas" como aquellas que llevaban al Estado a la riqueza y el poder (y las que permitían mejorar sus sistemas, que consumían muchos recursos), mientras que la tradición era mutable a través del tiempo y se adaptaría naturalmente a estos propósitos. Por supuesto, no estaba opuesta en principio a ninguna de las tradiciones existentes - siempre y cuando fueran útiles. Después de todo, si el "honor" servía para que los Quijotes se lanzaran al enemigo con ciego abandono cuando se les ordenaba, entonces era un valor útil. Sin embargo, otros valores como el lujo corte-sano o la entrega de poderes locales a la nobleza para que el gobierno central no tenga que ocuparse parecían cada vez más obsoletos e inútiles: Su razón de ser había cesado, por lo tanto, gradualmente o de golpe había que hacerlos desaparecer.

Aunque esta perspectiva sin dudas era muy práctica (en especial siendo que muchos recursos en los mundos centrales ya habían sido del todo drenados, requiriendo una masiva administración de la escasez resultante), no dejaron de incrementar las protestas entre sectores "tradicionalistas". Si bien hace muchos años los exégetas de esta tendencia sociopolítica habían bienvenido a la Corona como una garantía de su continuidad, ahora veían que aquello que habían pensado como su incorruptible defensora resultaría en realidad su perdición.

Pero, ¿Qué podían hacer unos vejestorios quejosos contra la supercomputadora que manejaba legítimamente la suma del poder del Estado? Algo, resulta ser...

Notas[editar]

Las notas son tan ficticias como los contenidos.

  1. A diferencia de lo que a veces incorrectamente se cita, la Corona cervantesa no es un inartefacto, y no posee propiedades topontológicas anómalas.

⚜️[editar]

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