Bots:Los hermanos perros y el Mañana

De Bestiario del Hypogripho
Notificación: Este artículo está constituido mayormente por transcripciones de Bots.
Sus contenidos fueron creados con la ayuda de una forma de "inteligencia artificial" (generalmente a partir de prompts humanos), y posee mínima intervención editorial. Lo que estos artículos relaten o afirmen no se conforma necesariamente como canon en los Omniversos del Bestiario.
Dos hermanos perrunos debaten la existencia del Mañana y cómo llegar a él. Un experimento de usar AIdungeon para generar diálogos filosóficos en español (castellano). Creado en modo Grifo. Aproximadamente la mitad del texto, incluyendo la introducción, es input manual. [https://play.aidungeon.io/main/adventureEdit?publicId=fc37ee15-4c7b-48dc-88af-c9b593941f84 (Enlace original, continuable)]
Guau (derecha) y Carotas (izquierda) perdidos en la Jungla (interpretación artística).

Este artículo tiene elementos que forman parte del Omniverso de Umaggar, lo Semifinito.   Este artículo tiene contenido que finge ocurrir en nuestro "mundo real", pero es de hecho ficticio.     Este artículo tiene elementos originales creados por NimoStar. Click para ver todos los artículos de este autor.  Este artículo está ilustrado con imágenes de NimoStar, ninguna otra persona, ningún autor adicional y nadie más.  Este artículo es de dificultad intraficcional negligible o nula (0). Debería ser apto para todo público. 

Eres un perro antropoide en el Reino de las Sombras. Nadie conoce tu nombre, pero te llaman Guau. Tu madre es la melancolía y tu padre es el dolor. Pero en tu interior brilla una luz blanca que acabará con las sombras. Este es tu poder secreto, el poder que te hace El Elegido. Junto con tu hermano Carotas, encontrarán el misterio en la montaña más alta, donde el Árbol de la Redención extiende sus ramas. Pero cuidado, porque los Malignos Bestiasaurios acechan entre la jungla. ¿Qué harás?

Guau: Estoy solo en este mundo...
Carotas: No, yo estoy contigo, hermano.
El mal que me guste a mi vida no ha sido mucho quienes.
Guau: Pero el Árbol de la Redención está muy lejos. ¿Cómo llegaremos?
Carotas: Recordarás que dos hermanos que vagabundean por el mundo, tuvieron una pequeña duda...
Guau: ¡Eh! ¡Eso no me responde!
Carotas: La filosofía es esencial para la vida, hermano mío. Si no tienes una idea de la pregunta, ¿Cómo encontrarás la respuesta?
Guau: No sé...
Carotas: ¡Mira a tu izquierda!
Guau: ¿Eh?
Carotas: ¡Mira a tu izquierda!
Guau: Sí, ya veo...
Carotas: ¿Qué ves?
Guau: No veo nada.
Carotas: Tú ves a tu izquierda. Yo veo a tu derecha.
Carotas: Así es como vemos todos los rincones del mundo. Mitad y mitad. Indivisibles. Entonces, nada se nos escapa.
Guau: Sólido. No veo a nadie, pero al menos tienes la pretensión de que alguien oiga hablar.
Carotas: Te ves a tí mismo. Ese vacío es el espejo de tu soledad. Pero yo también te veo a tí. Ese es el espejo de mi complemento.
Guau: ¡Carotas!
Carotas: Sócrates dijo que el amargamotz daba con el hombre que buscaba.
Guau: ¡Carotas!
Carotas: Tú eres el amargamotz, el hombre que busca su complemento perdido, su otro yo..., otra historia diferente.
Guau: ¿Otra historia?
Carotas: Sí. Hay miles de historias dentro de cada historia..., por ejemplo, que yo sea tú.
Carotas está despierto y escuchándote. ¿Quieres saber cómo?
Guau: Sí, quisiera saber cómo es posible que tú seas yo, si yo ya soy yo..., pero está claro que no lo eres.
Carotas: Me equivoqué al querer convertirte en ALCAZAR.
Guau: ¿Cómo es posible que tu seas tú?
Carotas: Muy fácil. Simple. Me convertí en un superviviente, una bestia arrinconada que soñó con convertirme un día en el juez de las luces.
Guau: Yo tengo la luz, ¿Tú juzgarás con ella?
Carotas: Sí, quizá.
Guau: ¿Pero tú eres el mismo día?
Carotas: Sí, siempre moderno es el mañana. Siempre el mismo día, pero cambiando cada vez. ¿No lo ves, Guau? Tú también eres otro día.
Guau: Sólex me dijo que era el Señuelo de Dios...
Carotas: Eres el señuelo porque buscas el Sol. Debes atraerlo. Si Mahoma no va a la montaña, la montaña irá a Mahoma. ¿Te das cuenta, Guau? ¿O eres demasiado obsoleto?
Guau: Me da igual.
Carotas: No, no lo es. Ya no...
Carotas: ¿Realmente eres tan ciego, hermano? ¡Estamos aquí! ¡Esta es la Montaña Más Alta! ¡Ya llegamos al Árbol de la Redención!
Guau: ¿El qué?

Guau y Carotas con el Árbol de la Redención (acuarelas).

Carotas: El Árbol de la Redención.
Carotas: El misterioso árbol que se encuentra en el fondo de la espesura. El Árbol de la Redención, el Deseo, el Amargo, el Poder, el Deseo... El Señuelo de Dios.
Guau: ¿De Dios?
Carotas: ¡Claro!
Cada uno de nosotros es un Dios por manifestarse. Pero tu Dios es mucho más potente. Tu Dios borrará las sombras y acabará con el Mañana.
Carotas: ¿Comerás su fruto, Guau?
Carotas: Sí, mi Dios y tu Dios, o como quieras llamarnos, nos comemos el Árbol de la Redención, que da una vez por todas.
Guau: No, gracias.
Carotas: ¡Cómo no!
Guau: ¿Qué pasa si el fruto me devora a mí?
Carotas: Entonces...
Carotas: Entonces si tienes miedo, estás muerto antes de comenzar.
Guau empezó a escuchar música, me ordené a mí mismo que las cuerdas son buenas, la música buena... tal vez el fruto no sea tan malo.
Guau: Carotas...
Carotas: ¡Sí!
Guau: El mundo está lleno de espejismos.
Guau: Si tú eres yo en el espejo, entonces eres un espejismo. Si el árbol siempre estuvo aquí, entonces nuestra vida era un espejismo. ¿Cómo puedo confiar entonces en el fruto? Esta es solo otra ilusión de los ojos y el alma.
Carotas: ¡No! El mundo está lleno de espejismos. Todo en él es un reflejo.
Carotas: Pero las decisiones que tomamos en él son reales. ¿Qué importa si el fruto existe? Lo que realmente existe, es tu decisión de comerlo. Esa es tu elección, Guau.
Guau: No estoy seguro.
Carotas: ¡Bah! Todo es cuestión de elección, de conciencia..., y de muerte!
Guau: ¡Carota, puedes ser mucho!
Carotas: ¿Te has acostumbrado a mucho? ¿O te conformarás con poco? Esa es la clave del deseo, hermano.
Carotas: No todos podemos poseernos la montaña, pero casi todos podemos alcanzar el huevo de Paloma. ¿Qué decides hacer?
Carotas: Has elegido el camino de la debilidad, Guau.
Carotas: Un camino que lleva al desencanto, aunque el destino está diciendo otra cosa.
Carotas: ¿Te atreves a ponerte la camisa que desee?
Guau: ¡Sí!
Carotas: ¡Genial!
Carotas: Ya está, Guau. Ahora puedes ponerte la camisa que quieras.
Guau: Aunque esa será mi camisa de Nessus...
Carotas: No a todo el mundo le gusta lo que lleva el olor.
Carotas: Ahora, puedes irte. Si lo haces, yo comeré del fruto. Y como soy reflejo, el mundo se sumirá en la penumbra.
Carotas: Como tu cuerpo, Guau.
Guau: ¿Condenarás el mundo por mi decisión?
Carotas: Sí, si he de hacerte frente.
Guau: ¿Y si me niego?
Carotas: Entonces morirás en el intento.
Carotas: Y yo moriré en tu pecado.
Guau: Si la muerte ha de ser, muramos juntos.
Carotas: Cada uno muere solo, Guau.
Guau: No, si estamos junta la espada.
Carotas: Destruiré a cualquier enemigo que se te presente, Guau.
Carotas: Pero si ese enemigo eres tí mismo, ¿Cómo puedo hacerlo?
Carotas: Eso, y el hecho de que estás desarmado.
Guau: Estoy armado ahora. Me he armado de coraje. Comeré el fruto.
Carotas: ¿Cómo te sientes?
Guau: Bien, creo. De hecho... estoy emocionado...
Carotas: ¿En serio?
Guau: El mañana por fin ha llegado. Ahora es el hoy. Quiero ver cómo es el mundo cuando el Sol exista. Quiero ver qué hace el mundo cuando el Deseo existe. Quiero cambiar el mundo, Carotas.

Por primera vez, Carotas no contestó nada. Guau tomó el fruto de pomegranada, y lo engulló de un trago. Su hocico parecía manchado con sangre. Su cuerpo comenzó a brillar...
Pero Guau no vio un rayo iluminar el día. Simplemente, se encontró con que la noche había desaparecido por completo.
No había maldad, ni odio, ni lujuria. Sólamente paz y amorosidad.

--¿El mundo cuando el Sol no existe? --susurró Guau.
Y entonces, se oyó un coro de insectos. Cientos de habijuelas se habían transformado en abejas. Un ramalazo de abejas atravesó el aire, cubriéndole la cara. Guau ahogó un grito mientras miles de abejas lo rodeaban.
Entonces entendió la verdad.
Ahora él era el nuevo Árbol de la Redención, y estaba vivo con flores.[1][2][3][4][5][6][7][8][9][10][11][12][13][14][15][16][17][18][19][20][21][22][23][24][25][26][27][28][29][30][31][32][33][34]

Notas a pie de página[editar]

  1. 1 El Deseo.
  2. 2 La nada.
  3. 3 El espejo.
  4. 4 La filosofía.
  5. 5 Una especie de tren.
  6. 6 Una estatua.
  7. 7 Un hombre que vive rondando el Parque Central. Sí, el mismo en el que te fijaste.
  8. 8 ¿O era una rata?
  9. 9 El simio parecido a un inútil gorrión. ¿O sí era un pato?
  10. 10 El monstruo que vive por debajo del muelle.
  11. 11 La luna.
  12. 12 La maldición.
  13. 13 Un viajero, tal vez un pirata.
  14. 14 Una ciudad.
  15. 15 Un castillo.
  16. 16 Una torre.
  17. 17 El amuleto del sueño.
  18. 18 Los hombres.
  19. 19 Una misteriosa estancia.
  20. 20 El vació (sic).
  21. 21 El agua.
  22. 22 Un arbol.
  23. 23 Una casa.
  24. 24 Una ventana.
  25. 25 El viento.
  26. 26 Una tormenta.
  27. 27 El cielo.
  28. 28 El amigo.
  29. 29 El enemigo.
  30. 30 El héroe.
  31. 31 La luz.
  32. 32 Un mundo.
  33. 33 El sol.
  34. 34 El poder.

¿Y qué significaba todo ésto? Que según tus palabras, el mundo no era más que un sueño. Y así tenía que ser.
Pero tenías que sabérmelas todas.
--- El sueño terminó aquí.

Adiciones teatrales[editar]

El diálogo tiene una estructura base para hacer una obra de teatro. Se identifican dos actos principales: Antes y después de revelar el Árbol de la Redención. Si se quiere dividir en tres actos, el tercero comienza con el debate de los espejismos.

Guau y Carotas deberían ser hombres con disfraz de perro, pero el disfraz no es realista; revelando la mayor parte de su rostro para la expresión facial y corporal. No son disfraces estilo "furro" con relleno, sino de tela. Se trata de perros más bien callejeros y el disfraz puede ser viejo y desgastado; se prefieren las orejas caidas.

El escenario debería ser oscuro, con las únicas luces apuntando a Guau y Carotas, el fondo solo insinuado como una densa jungla (antes de la revelación del Árbol de la Redención, tras lo cual la jungla recede y es la cima de una montaña). A Guau lo ilumina un poderoso reflector unidireccional, mientras que a Carotas varias luces de menor potencia en variadas direcciones. Guau está parado en un suelo oscuro, contrastando su reflectividad; Carotas sobre un suelo claro, enfatizando sus varias sombras.

(esta sección no fue escrita con asistencia de bot)

Adiciones interpretativas[editar]

Las notas al pie podrían interpretarse como que esas son las diversas "flores" del Deseo implicadas en el texto, y que surgen de Guau como Árbol de la Redención.

Véase también[editar]

⚜️[editar]

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   Artículo original de NimoStar
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