Bestiateca:Zmei Gorynytch (Dragones Cariñosos)

De Bestiario del Hypogripho

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Zmei Gorynytch[editar]

Zmei Gorynytch tenía unos gustos muy pero que muy raros...

Zmei Gorynytch creía que no había bocado en el mundo más rico que un cristiano. Los obtenía de los cuatro puntos de Rusia, y luego ella[r 1] los compartía con sus muchos retoños. Al zar, que es el padrecito de los pueblos, le preocupaba esa escabechina cotidiana y le envió a Dobrynia, el caballero sauróctono titulado de la corte de Kiev. Dobrynia consiguió derribarla e hincarle una rodilla en el vientre, aunque no pudo evitar que su caballo resultara totalmente asado. La dragona juró por lo que más quería que nunca nunca nunca volvería a cazar cristianos, a cambio de que el valiente caballero prometiera que no mataría a ninguno de sus pequeñuelos. Desde ese momento, anunció ella con un tierno ronroneo, Dobrynia y ella serían como hermano y hermana...

El caballero, conmovido por esta inesperada declaración, liberó a la dragona, que escapó al vuelo. Entonces, sus doce cabezas (ese día eran doce, pero otros días con nueve tenía suficiente, y otros le bastaba con sólo siete, seis o incluso nada más que tres) lanzaron doce carcajadas. Luego se precipitó con toda la fuerza de sus alas sobre el palacio. Allí atrapó a Zabava, la nieta preferida del zar Vladimir, y se la llevó a su guarida, sita en la cumbre de la montaña.

Cuando Dobrynia por fin llegó, a pie, se enteró por el zar que lloraba el rapto de su nieta. Al ver al caballero, el zar se enfadó y echó pestes. ¿Era verdad lo que todo el pueblo decía, que Dobrynia y la dragona eran como hermano y hermana? ¿Por qué entonces no había impedido que su «hermana» cometiera una nueva fechoría?

El caballero saltó al primer caballo que encontró y regresó por donde había venido, enfurecido con la dragona perjura.

En cuanto llegó blandió su espada.

«¿Cómo? —ronroneó Zmei Gorynytch, en un acorde perfecto de sus doce cabezas—. Me habías jurado que no volverías a matar a un dragón y ahí estás delante del nido de mis crías?»
—¿Y no eres tú, mentirosa, la que has traicionado primero al raptar a la princesa?

La dragona hizo una mueca de fastidio.

Sin prestar atención a sus zalamerías, Dobrynia le clavó la espada en una parte tierna del vientre, y miró, pasmado que de la caverna salía una verdadera cohorte de mujins, popes, nobles, que salieron pitando sin preguntar ni la hora. Por último salió la princesa Zabava. Dobrynia la subió a su caballo, pero horror, la sangre de la dragona corría a chorros y pronto los ahogaría a los dos.

Como última esperanza, el caballero golpeó el suelo con su lanza y gritó:

«Tierra, tierra, ábrete y sobre esta sangre roja!».

La tierra se abrió entonces y absorbió el flujo de sangre. Dobrynia llevó a la princesa a Kiev donde el zar Vladimir los recibió loco de alegría.

¿Os parece que Zmei Goryntch tuvo un final demasiado cruel? Pero es que cuando uno es fuerte, no tiene excusa ser mentiroso y perjuro[b 1].

Referencias[editar]

Las Referencias aluden a las relaciones de un artículo con la "vida real".
  1. En otras narraciones Zmei es dragón masculino y no femenino.

Bibliografía[editar]

La Bibliografía se compone de recursos informativos que existen en la "vida real".
  1. Sylvie Chausse, Philippe-Henri Turin, (2008), Dragones cariñosos, p. 167.

⚜️[editar]

   Artículo transcrito o recopilado por Jakeukalane
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