Bestiateca:Tlacaxipehualiztli

De Bestiario del Hypogripho
Este artículo contiene una aproximación investigativa sobre temáticas correspondientes a mitos antiguos y/o leyendas orales.
Mitología mexica:
Tlacaxipehualiztli
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Tlacaxipehualiztli[editar]

Tlacatl, hombre, xipehualiztli, desollamiento: «desollamiento de hombre ó persona»). Nombre de la segunda veintena del año. En ella hacían fiesta al dios Xipe Totec sacrificándole prisioneros, que, después de muertos, los arrojaban los sacerdotes por las escaleras del templo, y, al llegar al patio, tomaban los cuacuacuiltin los cuerpos, los desollaban y entregaban á sus dueños, quienes los comían con sus convidados. Con los pellejos de las víctimas se vestían unos sacerdotes, se ponían encima los adornos y librea del dios Xipe, y salían á las calles á simular luchas con algunos de los guerreros, y así andaban varios días hasta que apestaban los pellejos de los muertos.

Los dueños de los cautivos cuando los llevaban al templo donde los habían de sacrificar, llevábanlos por los cabellos, «y cuando los subían —dice Sahagún— por las gradas del Cu (templo) algunos de los cautivos desmayaban, y sus dueños lo subian arrastrando por los cabellos hasta el tajon donde habian de morir».

Parece que el origen de esta fiesta fué el desollamiento de la princesa colhuacana, de la que hicieron la Teteoinan.

Clavigero dice que, después de la fiesta principal, sacrificaban á los que habían robado plata ú oro, los cuales, por las leyes del reino, estaban condenados á aquel suplicio.

Sahagún no hace mención de estas víctimas; pero sí dice que mataban á otros cautivos, según parece, en el Sacrificio Gladiatorio, á juzgar por la descripción siguiente:

«Después de lo arriba dicho mataban otros cautivos, y peleando con ellos, y estando ellos atados por medio del cuerpo con una soga que salía por el ojo de una muela (pieda redonda como las de molino), y era tan larga que podía andar por toda la circunferencia de la piedra, dábanle sus armas con que pelease, y venian contra él cuatro con espadas y rodelas y uno á uno se acuchillaban con él hasta que le vencían».

Para formarnos idea cabal del desollamiento de hombres, hay que oír a Mendieta.

Dice el franciscano:

«En la dicha fiesta, y en otra alguna particular, acostumbraban desollar los tales sacrificados cortado el cuero como quien desuella cabrones para odres colgando manos y pies del mismo cuero desollados, y algunos sacerdotes del templo los vestían sobre sus carnes, y por devoción ó valentía los tenían así veinte días, y andaban saltando y gritando por las calles con ellos, y algunas mugeres con sus niños, por devoción, se les llegaban y dábanles un pellizco en el ombligo del cuero del muerto. Y con las uñas (que siempre las traían muy largas) cortaban algo de allí, y teníanlo como reliquia, y guardábanlo, ó lo comían ó daban al niño. Y cuando se venían á desnudar aquellos cueros, con gran trabajo los desechaban de sí, porque á los veinte días ya los tenían secos y pegados á sus carnes».

¡No se concibe cómo han podido existir esas crueles y asquerosas prácticas religiosas!

El P. Durán dice que la fiesta Tlacaxipehualiztli se hacía en honra de la trinidad representada por Xipe, Totec y Tlatlauhcatezcatl. No hay tal trinidad, porque todos los AA. convienen en que Xipe y Totec eran un solo dios.

El mismo Durán, después de hacer la descripción de la fiesta, agrega que los sacerdotes, vestidos con los pellejos de las víctimas, que representaban á los númenes, se repartían hacia los cuatro puntos cardinales; que en señal de su poder llevaban asidos como presos algunas personas; que poco después reunían aquellas divinidades y las ataban unas con otras ligando la pierna izquierda del uno con la derecha del otro, del pie á la rodilla, y así paseaban aquel día, sustentándose los unos con los otros como mejor podían; que esta práctica tenía por objeto simbolizar que todos los dioses no eran más que uno sólo[r 1], «que todo era un poder y una unión», en consonancia con sus ideas teológicas acerca de la unidad y de la pluralidad reunidas.

El intérprete del Códice Nuttal, explicando, en la lámina 34 la fiesta Tlacaxipehualiztli, no se refiere á la fiesta principal, sino á la que hacían sacrificando á un cautivo que desollaban después de haber luchado, atado al Temalacatl, con un guerrero Ocelotl. Pero la descripción es graciosa y, aunque extravagante, trae algo nuevo; así es que la reproducimos aquí, como lo hemos hecho con las otras veintenas:

—«Esta figura es de la fiesta q. los yndios llamauan tlaca xipeualizti la V. vocal q. quiere dezir desollame y comereisme. por q. en ella matauan vno q. llamauan. Toto deci (Totec) o xipen. (Xipe) q. es este mismo deste m odo. qste primero. qsta atado. auna rueda. de piedra q. ellos llaman. temala catli. (Temalacatl) al qual atado ledauan vn palo enlamano. mui valiente. yotroyndio sobreuestido de un pellejo detigre salia aelconotropalo en la mano. yeste palo era lleno de nauajas. ydauanse losdos. hasta q. el yndiosueltomata alatadoyle de sollaua. y despues vestido. el cuero del muerto baylaua. delante el demonio. q. llamauan. tlacateu tezca tepocatl (Tlacateotizcatlilpoca) yel q. abia de pelear. ayunaua quatro dias y se ensayaua muchos dias antes. para pelear con el atado. yofrecia muchos sacrificios aeste demonio. para q. lediese vitoria».

La pintura representa el Sacrificio Gladiatorio.

En las pinturas, como jeroglífico de la veintena, ponían una figura que, á primera vista, parece un pabellón; pero Clavigero cree que es más bien una piel humana mal dibujada, que significa el nombre Tlacaxipehualiztli, que daban al mes, y quiere decir desollamiento de hombres, con alusión al bárbaro rito de desollar las víctimas humanas después de muertas.

En Tlaxcala llamaban á este mes Coailhuitl[r 2], «fiesta de la culebra», ó fiesta general, dice Clavigero, y lo representaban con la figura de una sierpe enroscada en torno de un abanico y de un ayacaxtli.

En los Códices hay varios símbolos de la veintena: Totec armado en son de guerra; una piel humana y sobre ella un macuahuitl, un pantli y un chimalli: otras veces, media figura del mismo Totec, y al mismo con el cetro de Xiuhtletl, sentado en icpalli de conchas y canillas de muerto[b 1].

Referencias[editar]

Las Referencias aluden a las relaciones de un artículo con la "vida real".

  1. La fuente es un religioso cristiano católico así que habría que tomar con cuidado esta afirmación. Nota del transcriptor.
  2. En la entrada pone en realidad "Coaithuitl", pero la entrada que aparece en el diccionario hace referencia a Coailhuitl, de Coatl serpiente y ilhuitl, fiesta. Al perderse muchas veces la "-tl" en palabras compuestas, me inclino por Coailhuitl.

Bibliografía[editar]

La Bibliografía se compone de recursos informativos que existen en la "vida real".

  1. Robelo, Cecilio Agustín (1905): Diccionario de mitología nahoa, pp. 562-564.

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   Artículo transcrito o recopilado por Jakeukalane
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