Bestiateca:Dragones, dioses y espíritus de la mitología china

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El mundo chino[editar]

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El territorio chino abarca un espacio casi igual al de Europa y cuenta con la misma variedad de paisajes y climas. En el norte se extienden las áridas llanuras del río Amarillo, de inviernos fríos y secos, y veranos cálidos y húmedos, mientras más al sur, a dos días de viaje en tren, el clima es tropical. En el este se alzan altas montañas, que alcanzan la meseta del Tíbet, pero en la mayor parte de China las montañas son bajas, excepto en el sudeste, donde separan regiones costeras, como Fujian y Cantón, del resto del país. Los grandes ríos, que riegan las inmensas llanuras chinas, nacen en las altas montañas del oeste y se dirigen al este, desembocando respectivamente en el mar Amarillo y el mar Oriental.

Los primeros indicios de cultura china se hallaron en la parte norte de la China actual, principalmente en el valle del río Amarillo, al norte del borde de la llanura, y llegan por el sur hasta el río Yang-Tse. Esta es la tierra donde se sitúa la mitología más antigua que poseemos, y el hogar de los primeros pueblos creados por los dioses.

La larga historia de China es tan antigua como la griega[r 1], y en muchos aspectos paralela a ella. Se inició, aproximadamente, en el siglo XII a.n.e.[r 2], y en el siglo IV a.n.e., igual que en Grecia, había llegado a un nivel muy alto. Pero si los griegos sufrieron la conquista de otros pueblos y su civilización dejó de seguir la línea original, los chinos continuaron con la suya ininterrumpidamente hasta nuestros días.

Desde luego hubo invasores y conquistadores que llegaron a China, pero su cultura era siempre inferior y casi siempre acababa por ser absorbida[r 3]. Hasta épocas recientes, la única cultura avanzada con la que los chinos tuvieron contacto fue la india. Sus relaciones con ella, de carácter comercial y cultural, fueron siempre pacíficas, alcanzando para China una gran importancia cuando a través de ellas el budismo fue introducido en el país.

Antes del budismo, la religión china era similar a la de los antiguos griegos, con muchos dioses diferentes que representaban los diferentes aspectos de la naturaleza, y creencias que pretendían explicar los misterios del universo en términos humanos. Los hombres cultos, sin embargo, aunque conscientes de un posible poder sobrenatural, no eran religiosos ni adoraban a las divinidades, y vivían según un código moral basado en principios humanos.

La escuela de pensamiento más importante, y que dominó China durante miles de años, fue el confucianismo, que toma su nombre de su fundador el maestro Kong o Kongfuzi, conocido para nosotros como Confucio. esta doctrina se procupaba fundamentalmente de las relaciones humanas y predicaba un orden social práctico, que permitía a la gente vivir en armonía. Como contrapeso a su visión mundana de las cosas, se desarrolló otra línea de pensamiento: el taoísmo. La palabra tao significa Camino, y el taoísmo fue la búsqueda mística de las leyes que gobiernan nuestras vidas, sin excluir las formas de vida no humanas.

Cuando el budismo llegó a China, estos dos sistemas, taoísmo y confucianismo, estaban ya establecidos. También el budismo era una religión intelectual, pero trajo consigo sus propios dioses, espíritus y supersticiones que los chinos adoptaron sin dificultad. Por otra parte el budismo también influyó en el taoísmo nativo, que a partir de este momento quedó más vinculado a la religión, llegando a tener sus prácticas, su sacerdocio y su monaquismo.

En China, las religiones partían de diferentes fuentes, y por ello eran la mezcla de distintas creencias. En nada se parecían a una religión como la cristiana que, aunque ha absorbido algunos elementos de otras religiones y cultos, ha mantenido muy puras sus creencias básicas[r 4]. El dios cristiano se levanta por encima de todo desafío, las deidades chinas se querellan y disputan entre sí, tanto en el cielo como en la tierra. El resultado es con frecuencia una buena mezcla de elementos budistas y taoístas.

En este libro las primeras cuatro partes, después de este capítulo, tratan de los antiguos mitos chinos, creados por gentes fuertes y sencillas que intetaban explicar lo que no entendían del mundo que les rodeaba. Siguen a éstos los cuentos folclóricos y las historias religiosas de civilizaciones posteriores. No hay gran diferencia entre ellos, aunque las últimas historias pertenecen a una sociedad más compleja y técnicamente bastante más avanzada.

Todas estas historias son antiguas y algunas muy antiguas, ya que datan del siglo VIII al V a.n.e., y muchas de ellas nos han llegado gracias a la tradición, por lo que existen diversas versiones. Esto es lo que sucede cuando las historias se cuentan en vez de escribirse; cada nuevo narrador cambia los detalles, aunque la línea estructural permanece. Así pues, estos cuentos han pasado de padres a hijos llegando hasta la actualidad, y aunque la gente ha dejado de creer en los antiguos mitos, muchas prácticas religiosas han sobrevivido como tradicones pintorescas, por ejemplo la fiesta llamada del barco del Dragón, que, de la misma manera que la Navidad en Occidente, constituye una esperada interrupción de la rutina de la vida cotidiana.

La historia de China se divide en dinastías, cada una de las cuales representa un período de tiempo durante el cual reinaba determinada familia. La última dinastía imperial, antes del advenimiento de la república, se llamaba Ching y su dominio duró desde el siglo XVII hasta el año 1911. La dinastía Tang, frecuentemente mencionada en estas narraciones, se extendió desde el siglo VII al siglo X y fue una de las más prósperas y brillantes de toda la historia del país.

Aunque la lengua china ha sufrido cambios radicales a través de los siglos, sus caracteres, es decir el chino escrito, han permaneceido sin sufrir alteraciones desde el siglo III a.n.e., período en que el primer emperador Chin[r 5], el primer déspota poderosos de China, fijó la escritura. Actualmente no sabemos cómo pronunciaban los caracteres los antiguos chinos, pero hoy, en la pronunciación más difundida (llamada mandarín), cada carácter equivale a una sílaba, y una o dos sílabas forman una palabra. Los apellidos chinos son generalmente monosilábicos, tales como Zhang o Li, y los nombres suelen constar de dos sílabas.

En este libro, aparte de nombres conocidos como Pekín o taoísmo, los nombres propios están escritos siguiendo el sistema internacional llamado pinyin. Si el lector español pronuncia las palabras tal como están escritas sonarán casi igual que en correcta pronunciación china. En este sistema hay, sin embargo, algunas excepciones: los sonidos escritos con q (que se pronuncia como la ch española) y x (que se pronuncia como la sh inglesa); estos sonidos se han transcrito según la grafía internacional más difundia, es decir, respectivamente como ch y sh[r 6][b 1].

Dioses del alba de los tiempos[editar]

Los antiguos héroes[editar]

Cuando dioses y hombres convivían[editar]

Los dragones chinos[editar]

Cuentos budistas[editar]

Cuentos taoístas de magia y fantasía[editar]

Espíritus y demonios[editar]

El espíritu del mono[editar]

Cuentos de lealtad y fidelidad[editar]

Dioses y supersticiones[editar]

Origen de los cuentos[editar]

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El simbolismo de los mitos chinos[editar]

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Caracteres y símbolos en las ilustraciones[editar]

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Índice analítico[editar]

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Referencias[editar]

Las Referencias aluden a las relaciones de un artículo con la "vida real".
  1. Es más antigua que la civilización griega, una mejor comparación habría sido con Mesopotamia, pero está claro que el autor del libro quiere apelar a la "cuna de la cultura occidental".
  2. En el original se utiliza la notación a. C. Aquí se utilizará la notación "antes de nuestra era", religiosamente neutral.
  3. Esto refleja una perspectiva nacionalista por parte del escritor.
  4. Frase totalmente sensacionalista y sin fundamento. La religión cristiana es una amalgama de mitos de otras religiones tamizados por la tradición judía, de donde deriva y, sobre todo, por la influencia griega.
  5. Qin.
  6. En esta adaptación proporcionaremos en nota al pie siempre la trasliteración pinyin en caso de divergir.

Bibliografía[editar]

La Bibliografía se compone de recursos informativos que existen en la "vida real".
  1. Tao Tao Liu Sanders (1980): Dragones, dioses y espíritus de la mitología china, p. 11 y 12.

⚜️[editar]

   Artículo transcrito o recopilado por Jakeukalane
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