Cosa descaminada y sin camino como es el ayre por donde el ave buela, que no dexa rastro ni huella de sí, como el animal terrestre[b 1]. Se conocen las Aves de Cuchar como las Anades, Averamias, Gansos, Patos, Cysnes que tiene para nadar los pies en forma de cuchar y las Aves de Rapiña ò Garrapiñas conocidas como las Aguilas, Halcones, Gabilanes, Cernícalos y otras también rapiñas como la Arpella, la Atahorma, el Dardabasí, el Buaro y el Abanto llamadas ignotas por perderse con los años su forma y solo quedar su antiguo nombre[b 2]. Cuenta Naudé que cierto arzobispo interpretaba el canto de las aves e hizo la experiencia en Roma delante de algunos prelados oyendo un pequeño gorrión, que con su canto advertía a los otros que un carro de trigo acababa de volcar en la Puerta Mayor, y que allí hallarían algo de lo que sacar provecho. Y que en Coisicic, en Bretaña, sobre una roca al borde del mar, se colocan las mujeres del país, ataviadas con esmero, sueltos los cabellos y adornadas de un hermoso ramillete de tiernas flores, y con los ojos alzados al cielo piden a las aves, con un canto sentimental, que les consigan esposos o amantes[b 3].
↑VANA.: Ricardo de la Espesura, Vanas advocaciones y glosario de imperfectos, Madrid, Librería Extranjera de Denné y Compañía, 1838. (Posible referencia apócrifa).
Alternativa: Ferrer Lerín, F. (2007): El Bestiario de Ferrer Lerín, Madrid, Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, pp. 136-137.