Bestiateca:Bestiario fantástico de Juan Perucho
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Bestiario fantástico o Monstruari fantàstic es un libro de Joan / Juan Perucho escrito en 1976.
Preliminar[editar]
ADVERTENCIA DE FALTA DE CONTENIDO: Este artículo es un borrador, que se encuentra (evidentemente) incompleto. El contenido podría continuar siendo extendido por sus autores en el futuro previsible. |
Donde el zoólogo acaba su inventario de bichos, empieza la labor del poeta, completando con fábulas maravillosas las limitaciones del mundo animal; en un momento dado, la Naturaleza se da por satisfecha, cansada ya de probar variantes, pero la morfología de los seres vivos no se interrumpe, sigue creciendo por cauces ajenos a la rutina. Porque, en realidad, lo único que diferencia a muchos de los bichejos feísimos que catalogaron Linneo y Buffon de cualquier monstruo es la falta de costumbre, el que no estamos habituados a saber que existen: un pulpo, y no digamos la tan conocida musca domestica, son seres mucho más improbables que el unicornio, tal vez haciendo la única salvedad de su aptitud para identificar doncellas.
Pero el naturalista sólo quiere tomar en cuenta lo que ve con los ojos de la cara, y diríase que incluso sólo acierta a ver lo que previamente ya ha aprendido en los libros de sus especialidad; un pulpo o una mosca, en su horrenda configuración física, le parecen normales y no despiertan en él ninguna extrañeza, pero se rasgará las vestiduras si le insinuamos, siempre entre educados circunloquios, que nosotros preferimos el Bernabó, el Fardacho, la Escabrosa o el Oso reptil. Al pronunciar estos nombres, puertas que se abren a una magia sonriente, ya hemos cruzado una frontera que él llamará de lo anómalo y nosotros de las maravillas.
Más allá, pues, de la historia natural entramos en la historia razonable y estupenda de los portentos. Aquí se reúnen una divertida colección de animaluchos que se tomaron la molestia de existir en circunstancias bien peculiares, y con una absoluta falta de respeto por esa extraña entelequia que solemos llamar realidad: mejor aún, infringiendo todas las normas de la verosimilitud más elemental, pero, de una manera tan sutil, que el lector es posible que tarde mucho en notar que algo no encaja en el relato, y viva largos años con el dulce o pavoroso convencimiento de que le acechan unas presencias irregulares, quién sabe si amenazadoras o cómplices.
Entre estos monstruos los hay de clases muy diversas; desde los que tienen una naturaleza, como Jezabel, que sólo habita los sueños de un noble romántico francés, hasta los decididamente malignos y depravados, por no hablar de los eróticos, como el Colintro, cuya piel despide un cautivador perfume que favorece aberraciones amorosas como las de Sacher-Masoch; monstruos como el Canuto, adictos a la futurología, o como la Feram que asola los campos y los rebaños, como la pesanta, que provoca escalofriantes pesadillas, sin que ello sea óbice para que, si acierta a caer sobre un pie de su víctima, le produzca una gran tumefacción, ya que a pesar de ser invisible tiene las cuatro patas de hierro.
Pero apresurémonos a confesar que de ese repertorio preferimos con muchos los monstruos afables y serviciales, de apariencia horrorosa, desde luego, pero que se sienten secretamente inclinados a la mansedumbre y que se encariñan con los hombres, quienes no siempre saben estar a la altura de tanta fidelidad. Caso del Calígrafo, de condición tan dócil, unida a insustituibles habilidades con la pluma, objeto de un proceder inicuo por parte de los procuradores Dodson y Fogg (de imborrable memoria para los amigos de Mr. Pickwick), quienes, para emplear un término tan bárbaro como usual, le marginan a la hora de comerse un apetecible pedazo de tarta de frambuesa.
(...)
Bestiario fantástico[editar]
Se presentan en el mismo orden en el que vienen en el libro.
- Jezabel.
- Pamphilio.
- El Alejo.
- El Colintro y la Venus de las Pieles.
- El Dorado.
- Zura el animal que habita en las ciudades inexistentes.
- El Bernabó.
- Tou-Fou en el museo de Madame Tussaud.
- El Papelero.
- La Escabrosa.
- El Escupidor.
- El Pazguato y el arte de trinchar.
- La Feram.
- El Fardacho.
- Del monstruo del Casentino al Gambutzi.
- El Calígrafo.
- Canuto o la futurología puesta en verso.
- La Pesanta.
- El Oso reptil.
- La Carraca y el corazón de Armando de Bussy.
- Toledo, "El Palmarium" y Berga.
- El Conde Potocki y el monstruo de Bodegones.
- Gerard de Nerval y ZMB.
Apéndice: Jaula para pequeños y felices animales[editar]
Se presentan en el mismo orden en el que vienen en el libro.
- Irania.
- El Alegre Reptante.
- El Gnomo.
- El pájaro que vuelve de nuevo.
- Madofa.
- Pedrito.
- Andrómaca y René.
- El Lom.
- Angelito de mi corazón.
- La tímida sensitiva.
- la dama del bosque.
- El humilde buscador.
- El acólito.
- La sicofante.
- Las trágicas.
- El cuadrado.
- El chupado.
- La laxante.
- Penélope.
Referencias[editar]
Las Referencias aluden a las relaciones de un artículo con la "vida real".
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