Lírica:La mañana de Febrero
Una mañana del treinta y uno de Febrero
Soñé que algo o alguien podía ser mío;
Todo el resto de mi vida ha sido
Un intento de corregir ese error, este pecado;
Cuando el rocío bañaba los rieles oxidados
Yo me sentía entero;
El ácido no se había vuelto hado
El hombre no era todavía artero...
Antes de que la máquina despertara
Y la humanidad durmiera
Yo estaba vivo;
Hoy fatigo esta eternidad mendiga
Donde la moneda es virtual y el mundo ciego
¡Nada para un fantasma es nuevo!
Si uno o más dioses pudieran ver el futuro,
lo hubieran prevenido;
Si el hombre y la mujer fuesen más que signos
No estarían al dato férreo sometidos...
Yo extraño cuando entre nosotros vivían duendes
Y hadas, y seres
que se inventaban en la fogata y el fuego;
Hoy recorro solo estos senderos
A la sombra de un árbol, ya tiempo muerto.
La carne besada por el rocío mira desde el espejo
Los cabellos dorados de ceniza, empapados de sangre,
Niño de siglos rotos fragmentados y hechos trizas...
Un cadáver, un recuerdo, ahogado en el río
Que hoy yace seco.